El personal de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) cumplió el miércoles la tercera jornada consecutiva de actividades gremiales, dentro y fuera de la institución, en aras de analizar y dar a conocer el conflicto universitario ante la colectividad.
Con las acciones realizadas desde hace unos quince días, los trabajadores de esta de casa de estudios han demostrado su interés por obtener una respuesta rápida a la petición de un incremento salarial que se ajuste a la reciente devaluación y la inflación. Forman parte de una de las pocas instituciones que lucha de frente por alcanzar los objetivos reivindicativos, con una suspensión activa de las clases prevista hasta el 23 de mayo, fecha de la denominada hora 0.
Cada uno de los gremios espera las decisiones que emanan las federaciones nacionales que los agrupan, cuyas sedes se encuentran en Caracas. El apoyo de los estudiantes es la novedad que marca la jornada de lucha de este 2013.
“Esto se debe a que entienden la necesidad de que contar con profesores motivados, preparados desde el punto de vista académico y actualizados, que puedan realizar investigaciones… los alumnos quieren clases, pero de calidad”, resaltó Carmen Goitia, miembro de la directiva de Apucla.
Uno de los planteamientos de los trabajadores es que se abra el diálogo con las federaciones que los representan.
“En los trabajadores afectados está la sangre nueva de la vida académica venezolana, porque son personas entre 35 y 50 años, con hijos en proceso de formación y que aparte de su labor docente deben hacer investigación y extensión”, señaló la profesora Milagros de Rosell.
A ellos va dirigido el apoyo desde el punto de vista reivindicativo. “Estamos quedándonos rezagados como Haití desde el punto de vista educativo, debido a la falta de actualización y mejoramiento profesional… y ello es algo que queremos evitar”, advirtió.
En tanto, la profesora Elisa D’ Angelo, con veinte años de ejercicio profesional en la universidad, docente titular y a dedicación exclusiva, relató que en su trayectoria ha acatado todos los lineamientos para obtener los ascensos, según el Reglamento Universitario. “Estoy en el último escalafón donde se supone debería tener una excelente calidad de vida mediante un salario que permita cubrir las necesidades básicas, pero resulta que no es así… mi salario es de 5.960 bs, por 40 horas semanales, y con las deducciones las quincenas netas quedan en 1.200 bs”.