Más de 500 obreros que trabajaban en la rehabilitación de las torres El Sisal, en el oeste de Barquisimeto, manifestaron por segunda vez en rechazo a los incumplimientos de pagos por parte de la contratista American Proyecto.
Frente al conjunto residencial que rescata el Gobierno nacional, a propósito de la Misión Vivienda, en la avenida La Salle con Las Industrias, se llevó a cabo la protesta pacífica que inició a las 7.00 de la mañana de este martes.
Los manifestantes explicaron que a pesar de los intentos por establecer diálogo con el patrono, hasta los momentos, no ha sido posible fijar acuerdos. “Quieren arreglarnos sencillo, cuando el despido es injustificado”, se repetía con mucha insistencia entre los trabajadores.
En este sentido, recurrieron a la medida de presión que pudiera volver a ocurrir en los próximos días hasta tanto reciban el pago de vacaciones y parte de las utilidades, correspondientes al año 2012, entre otras irregularidades económicas que no han sido saldadas.
“La contratista pateó la mesa”
Por su parte, Napoleón Reinoso, vicepresidente del Sindicato Bolivariano de la Construcción, declaró que en el caso de la obra de El Sisal, 530 obreros “son irrespetados y nosotros haremos valer sus derechos; el Ministerio (pp) de Vivienda y Hábitat le quitó la concesión a American Proyecto debido a las irregularidades y ahora el consorcio pretende lavarse las manos”.
Indicó que agotan todos los recursos legales para defender, en primer lugar, el derecho al trabajo de este grupo de personas y, seguidamente, a fin de que le cancelen las deudas a los hombres dedicados a la albañilería. Incluso, informó que en la Inspectoría del Trabajo, la contratista había quedado comprometida en saldar dichas deudas y no cumplió con lo acordado delante de los representantes del Ministerio (pp) del Trabajo.
Reflexionó sobre otros puntos de interés laboral, como es el caso de la inamovilidad. Comentó que buena parte de los obreros tienen sus esposas embarazadas; otros con niños recién nacidos y aparentemente no son considerados para llevarle el sustento a los pequeños.
“Nosotros estamos peleando lo justo.Hace unos meses la contratista solicitó un juicio en contra de 110 compañeros en un intento fallido de despedirlos. Por eso, no escatimamos en denunciar el mal que cometen en contra de la fuerza obrera. De aquí no nos vamos hasta que no paguen las deudas y garanticen trabajo”, enfatizó el dirigente sindical.
El oeste volvió a colapsar
Con la manifestación de los obreros de la construcción, este martes en la mañana, colapsaron las avenidas La Salle, Florencio Jiménez y Las Industrias, ubicadas en el ámbito del conjunto residencial El Sisal, construido durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez.
Largas colas de vehículos se formaron en los alrededores de las torres. Mientras tanto, los conductores del transporte público que movilizan pasajeros hacia las comunidades de la zona como Andrés Eloy Blanco, Antonio Carrillo, El Sisal, Santa Isabel, entre otros, tuvieron que luchar contra el pesado tráfico desde muy temprano y hasta un poco después de mediodía. Las personas que se disponían a ir a sus jornadas de trabajos y estudios, hicieron uso de algunos mototaxistas que se apostaron frente al Hospital Doctor Pastor Oropeza del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS).
Aunque hubo la presencia de funcionarios de tránsito terrestre, la mayoría de los chóferes estaba desesperado por salir de caos y, prácticamente ignoraban las orientaciones de los profesionales, cuestión que empeoró el panorama y hasta los transeúntes tenían dificultades para movilizarse de un lado a otro.
Otros de los vecinos, por su parte, prefirieron permanecer en casa hasta que cesó la protesta.
Beneficiarios preocupados por las torres
El ingeniero Vladimir Silva, autoridad única en Lara por el Ministerio (pp) de Vivienda y Hábitat, aseguró en una entrevista a EL IMPULSO que para finales del último trismestre del año, entregarían la primera torre del conjunto residencial El Sisal.
Sin embargo, con la situación irregular que afecta a los obreros de la construcción, los beneficiarios temen que se atrase la fecha de entrega de los apartamentos.
Ayer, en la protesta varias de las familias de la zona que residen en casas de seres queridos o alquilados, observaban desde lo lejos la paralización de los trabajos. Sin expresar sus nombres, por temor a perder el beneficio habitacional, explicaron que hace falta mayor presión por parte del Gobierno nacional a objeto de que se normalice la obra.
Las personas que esperan por la rehabilitación de las torres para, finalmente, contar con un techo digno, estudian la posibilidad de iniciar acciones de protestas con el fin de hacer valer sus derechos.