A las ocho de la mañana del lunes, Robert José Pérez Angulo, de 57 años, salió como todos los días a realizar su recorrido como taxista, sin imaginar que sería su último día de labor. Casi 24 horas después, a las 5 de la mañana del lunes, fue hallado muerto, con varios tiros de escopeta, en el sector Las Trinitarias, al este de Barquisimeto.
Algunas personas dijeron que vieron cuando el hoy occiso, pasó por la carrera 33 y cruzó a alta velocidad. “Iba con varias personas”, informó su hija Adriángela Pérez.
“Mi papá no se dejaba robar; tenía un carácter fuerte”, comentó en medio de la tristeza que la embargaba.
El hombre trabajaba desde hace año y medio aproximadamente, como taxista, y aunque no estaba adscrito a ninguna línea, decidió hacerlo por su cuenta propia, para darle paso a sus hijos, quienes ahora atienden un negocio de ambiente familiar, que él construyó desde hace varios años.
Pérez, como muchas familias que pasan por situaciones similares, desconfía en la justicia venezolana y en que los cuerpos de seguridad brinden esa sensación. “Tantas cosas que se ven, que provoca es tomar las justicia por sus propias manos. Aquí no hay Gobierno que haga algo; ¿qué van a esperar, que maten a un familiar? No es justo que asesinen a tantas personas así”, aseveró con voz llena de ira, la mujer que perdió a su padre. Son seis hermanos.
En la sala de Anatomía Patológica, se encontraban familiares y amigos del difunto, quienes aseguraron que le habían robado el dinero y el celular, pues el cadáver de Pérez Angulo, lo dejaron dentro del vehículo Laser, con el cual hacía carreras.