Era el miércoles 11 de febrero del año 2004.
Alejandro Isaac Zubillaga y María Elena di Batista de Isaac, eran una joven pareja de ingenieros. Él de 36 años y ella de 35.
Tenían muchas razones para encarar, con fe y optimismo, los desafíos que plantea la vida.
Habían procreado dos hijos, y María Elena estaba encinta. Su tercera criatura, de la cual aún no sabía el sexo. Dulce y ansiosa incógnita. Para la fecha su cuenta daba exactamente once semanas de un embarazo de normal evolución.
Nada encendía las alarmas en ese estado en que las mujeres suelen ampararse en algún capricho, para hacerse consentir.
Salían, en horas de la tarde, del centro comercial Arca, un conglomerado de comercios populares, ubicado en una bulliciosa área cercana al hospital central.
Jamás habrían imaginado, Alejandro y María Elena, que un sicario los aguardaba. Lo habían contratado y, según testimonio de sus hermanos, Víctor Manuel Isaac Zubillaga y Abelardo Isaac Zubillaga, después se sabría que a aquel hombre lo llevaron hasta el lugar agentes policiales activos, adscritos a la División de Investigaciones Penales de las Fuerzas Armadas Policiales del estado Lara.
Cuando la pareja, dentro de su camioneta, se aproximaba desprevenida al puesto de vigilancia del centro comercial, y estaba a punto de ganar la calle, el asesino a sueldo los interceptó con fría y precisa maestría profesional.
Les disparó repetidamente hasta asegurarse de que habían muerto… los tres. El bebé que María Elena atesoraba en su vientre no alcanzó a nacer.
Había muchos elementos que delataban a sus autores. Miembros de la Asociación Héroes en Silencio, cuerpo integrado por funcionarios policiales asqueados de las perversiones delictivas en que se veían envueltos sus compañeros de uniforme, hicieron saber su repudio de los hechos, y de todo cuanto implicaba esa aberración institucional. Los persiguieron y aplastaron.
La impunidad discurría libre, ostentosa. No hubo versión oficial, decían los Héroes en Silencio, pues era evidente la participación del sicariato, así como de efectivos de las FAP-Lara. Eran los tiempos cuando el entonces coronel Jesús Armando Rodríguez Figuera comandaba la policía. Una era siniestra en que en los escritorios de la fiscalía abundaban los expedientes por ejecuciones.
A cada instante descubrían en la quebrada El Mamón y en el sector La Tomatera, cadáveres maniatados, con tatuajes de pólvora que revelaban disparos a quemarropa. Asimismo estremeció a la opinión pública la masacre de Los Pocitos. Pero nada pasaba.
Volvamos al centro comercial Arca. Luego de consumado el crimen de los Isaac-Iafrate, el sicario huye en el mismo vehículo que lo había trasladado hasta allí, un Toyota corola azul. En el trayecto, el auto choca con otro y por esa causa es llevado a un taller mecánico. El Cicpc lo localizó.
Así se supo que pertenecía a la esposa de uno de los funcionarios que figuraba vinculado al horrendo suceso. Comenzaba a quedar en claro una tenebrosa madeja delictiva que manchaba al organismo policial y causaba repulsa en los funcionarios honestos. Además, otro escándalo estaba a punto de estallar.
Los agentes que hacían falta en comunidades atacadas por el hampa común, hacían de vigilantes en locales comerciales, que así pagaban una especie de “vacuna”. En la práctica, un atraco formal, que los libraba de los sorpresivos atracos de espontáneos.
Para la familia de la pareja asesinada, comenzó, por tanto, una lucha agotadora frente a las alcabalas de una autoridad intocable, plagada de complicidades. Los funcionarios implicados eran trasladados de un lugar a otro, a modo de protección. Uno de ellos, incluso, “servía” a la policía desde la propia comandancia, sin perder los beneficios de vacaciones y aguinaldos. Seguían en nómina. Otro huyó de la justicia, con una pistola Glock 9 mm de la policía de Lara.
La familia de las víctimas se quejaba de un “dilatado y desordenado proceso” judicial. Hasta el punto de que un año después de perpetrado el homicidio, no se había podido celebrar la audiencia preliminar.
Los imputados eran Rafael Eduardo Perdomo y Fernando José Oviedo Escalona. Ocurre que el último de ellos lo condenó el 22 de noviembre de 2011, el Tribunal Sexto de Juicio, por el procedimiento de admisión de los hechos, a la pena de siete años y dos meses de presidio, más las accesorias de ley, por la comisión del delito de homicidio calificado en grado de complicidad. No obstante, contra esa sentencia, los abogados de las víctimas, Aníbal Palacios y Juan Carlos Rodríguez Alfonzo, ejercieron un recurso de apelación, al igual que lo hizo la fiscalía del Ministerio Público.
Se consideró una pena “irrisoria”, basada en la errónea aplicación de la norma jurídica. No se consideró que se trataba de “sujetos altamente peligrosos”, que los condenados fungían como policías, que se trató de una muerte por encargo, ni que María Elena di Batista de Isaac estaba embarazada. Y la Corte de Apelaciones del Circuito Penal del estado Lara, con ponencia de José Rafael Guillén Colmenarez, lo declaró con lugar, el 18 de julio de 2012.
La Corte hizo una “corrección de la pena”, que, en el caso de Oviedo Escalona, quedó fijada en 20 años y ocho meses de presidio.
Él fue detenido preventivamente el 3 de marzo de 2004. Una sencilla cuenta nos dice que lleva poco más de nueve años en prisión. Es decir, le faltan unos 11 años. Entonces, cuál sería la sorpresa de la familia de los Isaac-Iafrate, y de sus abogados, al recibir, hace unos días, un oficio emanado del Tribunal de Ejecución del Circuito Judicial Penal del estado Lara, a cargo de la Jueza de Ejecución Nº 3, Gregoria Suárez Albujas.
En el oficio, fechado el 3 de abril de 2013, se les notifica que, habiendo quedado definitivamente firme la sentencia del 22 de noviembre de 2011, por el Tribunal Sexto de Juicio, que condenó a Fernando José Oviedo Escalona a siete años y dos meses de presidio, y, tomando en cuenta que lleva nueve años y un mes detenido, “tiempo superior al de la pena impuesta, encontrándose cumplida totalmente la pena, por ello se considera que lo más ajustado es declarar la Extinción de la Responsabilidad Criminal, la cual se motivará por auto separado”.
De manera que Oviedo Escalona salió libre. Los abogados de las víctimas, Palacios y Rodríguez Alfonzo, le enviaron un escrito a la jueza mediante el cual le hacen ver que para la toma de esa decisión se obvió, en forma inexplicable, el dictamen de la Corte de Apelaciones, que, al proceder a una “corrección” de la pena, la elevó a 20 años y ocho meses. Es más, anotan que contra la decisión de la Corte de Apelaciones fueron interpuestos dos recursos de casación, y, con fecha 14 de febrero de 2013, la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, los desestimó.
Oviedo Escalona no ha sido recapturado. La respuesta que ha sido dada es que quizá se trató de un “errorcito”. Pero por un “error” mucho menos comprometedor, todos ustedes saben cuál ha sido el calvario sufrido todo este tiempo por la jueza María Lourdes Afiuni.
Repiques
Maduro, con su sambenito de “ilegítimo” a cuestas
El ex presidente colombiano Andrés Pastrana Arango le envió una sensata y esclarecedora carta pública al presidente Juan Manuel Santos, en relación a su apresurado reconocimiento a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela: “Sin siquiera guardar las formas diplomáticas de nuestra tradición democrática, el señor Presidente ha cambiado el eje de la política exterior para reconocer un gobierno antes de que se cuenten los votos y asumir la vocería y defensa de quien a todas luces es un mandatario en entredicho de una frágil democracia al borde de la dictadura”.
El 13 de febrero de 2012, apenas un día después de que la MUD celebrara elecciones primarias para escoger el candidato que se enfrentaría a Hugo Chávez el 7 de octubre, Jorge Rodríguez, quien condujo la campaña electoral de Maduro, pedía verificar los cuadernos de aquel proceso, llevado a cabo por el CNE, y subrayaba que cada uno de los siete pasos de una elección tenían que ser verificables. “Una elección no tiene ningún valor si no se puede verificar. Una elección que no se puede auditar sencillamente entra en el terreno del misterio, de lo impreciso”.
José Gregorio Vielma Mora, gobernador del Táchira, ha dicho algo prohibido para el proceso: “La revolución es insostenible sin la producción y el apoyo del sector privado del país, porque si ellos generan empleo, construyen viviendas y elevan la producción en general, están ayudando en la gestión social en la generación de empleo”. No parecen cosas de un rojo rojito.
Moisés Naím escribió en El País, de Madrid: “El mundo sufre una pandemia de obesidad. 500 científicos de 50 naciones han publicado un informe (The Global Burden of Disease) donde explican que, entre 1990 y 2010, la obesidad aumentó un 82% (en los países de Oriente Próximo el incremento fue del 100%). ‘Descubrimos que niños que antes morían por infecciones ahora se salvan gracias a las vacunas, pero hoy el mundo es más obeso y los niños están sufriendo las consecuencias’, afirma Ali Mokdad, uno de los autores del estudio”.
Hay personas a quienes les causa escalofríos cuando Nicolás Maduro habla de historia, o geografía. Una de sus últimos desastres fue el de afirmar que en la época de la Conquista española en las faldas del Ávila, en Caracas, fueron masacrados 100 millones de indígenas.
“La historia es el progreso de la conciencia de la libertad”. Hegel
Ahora no van los récipes médicos. Este Gobierno no tiene remedio. Y la reducción de la jornada laboral, que golpeará aún más al pequeño comercio y al fin de cuentas desmejorará a los trabajadores, suma sus dañinos efectos al de la inflación y el desabastecimiento. Encima, ya Jesse Chacón tuvo que recoger su oferta en cuanto a que en 100 se estabilizaría el Sistema Eléctrico Nacional. Ya Argenis Chávez lo contradijo públicamente, y eso revela que su renuncia no fue muy amistosa que se diga. Hay muchos cortocircuitos en ese saco de víboras que es el oficialismo.
Leído en Twitter
@OratoriaModerna: “Dato: No es adecuado decir ‘A grosso modo’, lo recomendable es decir ‘Grosso modo’»
@AIerta: “Oye que significa kiss me? Bésame. Bueno, pero después me dices lo que significa”
@alvanegasart7: “Sólo las dictaduras más horrendas celebran la barbarie de sus esbirros”
@aguigerardo: “1er presidente obrero: 3 pisos del Hotel Radisson ocupan Maduro y su delegación en Uruguay”
@luisvicenteleon: “Si hay algo igual de democrático para todos es la escasez: afecta a todos”
@NecoSadel: “¿Qué pena le va a dar a este gobierno robarse una canción de Roberto Carlos cuando es capaz de robarse unas elecciones?”
“El sabio no dice nunca todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice”. Aristóteles
En una copia burda de Hugo Chávez, Nicolás Maduro va a Uruguay y dice que el presidente José Mujica es su “gran consejero”. Y luego, en un acto público en Buenos Aires se declara kirchnerista, justo cuando en la capital argentina hierve un escándalo de corrupción en los tribunales, que estropea la imagen de Néstor Kirchner. Ocurre que la ex asistente personal del fallecido Presidente, Miriam Quiroga, le contó al periodista Jorge Lanata cómo en la era K se llevaban bolsos negros repletos de dinero en efectivo, entregados por empresarios y trasladados en el avión presidencial, o por tierra, desde la Casa Rosada o la Quinta de Olivos hasta las casas de los Kirchner, en Río Gallegos o El Calafate, en las que instalaron bóvedas que guardan grandes cantidades de dinero y lingotes de oro. El peor momento, Nicolás, para declararse kirchnerista. Para torpe no se estudia.
Un beso y un fuerte abrazo a todas las madres. Sin duda, el ser más sublime sobre la faz de la Tierra. “La mano que mueve a la cuna es la mano que manda en el mundo”. (W.S. Ross)