Fue planteado ante la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia, por el ciudadano Henrique Capriles Radonski, un recurso contencioso electoral de nulidad, cuyo petitorio es la anulación total del proceso convocado por el Consejo Nacional Electoral, cumpliéndose el acto más importante el 14 de abril y culminando con la conocida proclamación del ciudadano Nicolás Maduro, para terminar el período presidencial el 5 de enero del 2019.
Es este el juicio más importante en nuestra historia republicana. La causa petendida, la razón por la cual se litiga, no busca compensación de bienes, ni la libertad ni la reivindicación de otros derechos de índole constitucional o legal de personas o grupos, como normalmente se hace en estrados.
Esta vez está en juego el país y la estabilidad de sus instituciones, incluida la que en apariencia es la más importante, la Presidencia de la República, por lo que el interés, que es otro de los presupuestos procesales nos corresponde a todos los ciudadanos.
Ciertamente, la ocurrencia de una serie de hechos antes, durante y después del sufragio, que conocemos por haberlos presenciado directamente o bien a través de los medios de comunicación social, implica que deben ser debidamente procesados para la determinación de si ellos influyeron o no, en la designación formal del presidente en funciones.
Muchos amigos me han manifestado sus temores porque este juicio pueda hacer desbordar las pasiones, otros piensan que será como arar en el mar vista la parcialidad de todo el sistema judicial, mal del cual no escapan los magistrados del Máximo Tribunal de la República. No creo en ninguna de estas posiciones pesimistas, a los primeros les respondo que conocer los síntomas de una enfermedad no es malo, peligroso es dejar que ella avance; al segundo grupo les digo que los jueces no serán los investidos formalmente con ese carácter, los jueces seremos todos los venezolanos, porque abogados o no los ciudadanos tienen un sentimiento innato para determinar lo que es justo, incluso que es lo legal porque la ley es lógica, un bien preciado que nos dio el ser supremo por el hecho de ser hombres, formados a su imagen y semejanza.
Vienen tiempos duros y con múltiples problemas, si, pero lograremos superarlos porque tenemos todo cuanto un país necesita para desarrollarse, pero obviamente, cada quien debe actuar como le corresponde. Este juicio involucra a todos los Poderes del Estado, cuyos titulares y componentes deben cumplir sus funciones propias, para que la verdad procesal se corresponda con la verdad material. Las partes formales, Henrique Capriles Radonski y el Consejo Nacional Electoral y sus abogados deberán litigar limpiamente e informarnos porque, repito, el pueblo venezolano será el juez. Mientras se sustancie el procedimiento el país debe volver a su vida cotidiana, los civiles a sus trabajos, universidades, liceos, escuelas y los militares a sus cuarteles.
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