A las que viven con agradable emoción
ver a sus hijos nacer
y a las que abandonan transfiriendo su dolor
para no padecer.
A las que amamantan dando de su ser
y a las que mezquinan por no desembellecer.
A las que ven a sus hijos crecer
con la angustia y esperanza que logren vencer.
A las que disfrutan la gloria de sus hijos
y las que sufren por tener un hijo en prisión.
A las emprendedoras que crecen en regocijo
y a las soñadoras que piden a Dios
A las privilegiadas que tienen todo alrededor
y las no agraciadas que por igual entregan su amor.
A las que hacen de la caridad su misión
y las que con humildad esperan atención.
A todas ellas
Un beso dado en flor