La emergencia que vivieron esta semana los habitantes de Moroturo, en el municipio Urdaneta, con el prolongado aguacero que se precipitó sobre la zona, puso en evidencia una vez más la necesidad de que se canalicen las quebradas que cruzan la carretera que les comunica con Santa Inés.
Durante varias horas el tránsito automotor permaneció suspendido ante el peligro que representaba pasar por los sitios cubiertos por las aguas desbordadas de las cañadas crecidas.
Desde hace años los residentes y productores agropecuarios de la parroquia Moroturo han venido exigiendo la limpieza y canalización de esos canales, permanentemente obstruidos, para que las aguas puedan circular libremente, sin interrupción alguna, lo que no ocurre actualmente por los bosques existentes.
“Cada vez que llueve fuerte debemos esperar horas a que baje el agua para poder pasar, no sólo por el puente Urama sino también en otros sitios donde las corrientes cubren la carretera”, manifestó Pedro Armao, un productor de la zona.
Y eso no ocurre solamente en la vía Santa Inés-Moroturo sino también en la que une a la primera de esas poblaciones con varios caseríos de la zona norte como Totoremo, El Palmar de Cucharito y otros.
Hace pocos años, una crecida derrumbó el puente mayor de esa arteria vial y nunca fue restituido por lo que actualmente el paso queda cortado cuando llueve por la creciente de la quebrada que por allí cruza, pues quien trate de pasar es arrastrado y puede morir ahogado.
Los afectados hicieron un llamado a los organismos con competencia a abocarse a la solución del problema, pues de continuar las lluvias quedarán totalmente incomunicados.