Santa Rosa tiene un rosario de problemas

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Santa Rosa es conocida por la Divina Pastora, patrona de los larenses, venerada en el pueblito que se ubica al este de Barquisimeto, sin embargo, en esta ocasión no se trata de resaltar la profunda devoción mariana, sino de comunicar las necesidades que abruman a los habitantes.

Los vecinos sienten preocupación por el deplorable estado de las calles del pueblo, las mismas que se llenan del calor humano cada 14 de enero cuando se lleva a cabo la procesión. De hecho, la plaza recientemente rehabilitada por la Alcaldía de Iribarren, está desmantelada en algunas estructuras. Las fuentes de aguas, por ejemplo, no funcionan desde hace meses.

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Las luminarias se las robaron, apenas dejaron las bases con algunos cables. Los bancos para sentarse tienen maderas bastante arruinadas y las personas no tienen mayores opciones para tomar un descanso frente al hermoso templo católico ubicado en el centro del pueblo.

¿Los adoquines? Están a un lado del mirador de Santa Rosa, mientras que un pedazo de la vialidad está más que destrozada. Una mala impresión que se llevan tanto residentes como foráneos. Sin duda, es necesario la pronta colaboración de las autoridades.

Familias en zona de riesgo

Tienen diferentes problemas que no permiten el progreso para las familias que tienen hasta 35 años viviendo en la zona. Tal es el caos, de aquellos hogares que esperan por la construcción de muro de contención, capaz de slavarlos de un derrumbe, sobre todo ahora en la época de lluvias.

Ingrid Palacios, vecina, dijo: “Esas familias tienen miedo de que se les caiga la casa; están mal ubicado en el cerro”, expuso. En este sentido, exhortó al gobierno regional y municipal a fin de que unan esfuerzos y ejecuten una inspección en el pueblo de Santa Rosa, para brindar apoyo a estos hogares que sienten perder sus inmuebles y ruegan por la construcción de un muro de contención.

También es importante, velar la seguridad en la zona. Desde hace meses, Santa Rosa se convirtió en un sitio peligroso que pocos se atreven a recorrer en horas nocturnas. Existe el testimonio de un vecino, a quien le reservamos su identidad por cuestión de seguridad, a quien han atracado diez veces en menos de dos años. Es la triste realidad de los vecinos que tienen la amenaza latente de los antisociales en busca de objetos de valor como celulares, dinero en efectivo, vehículos.

Proponen recorridos policiales a lo largo del día, todas las semanas, a fin de eliminar la acción del hampa. A la par de la atención de los cuerpos de seguridad, los vecinos sugieren que existan programas de educación, cultura y deportes para las nuevas generaciones. Daniel Sivira, vecino, habla de la necesidad de crear casas culturales donde las jóvenes tengan la preparación adecuada para surgir como artistas de nuestra ciudad.

Los niños y adolescentes, así como los jóvenes, sostuvo, necesitan de canchas deportivas en óptimas condiciones a fin de encaminarlos hacia la disciplina y compañerismo. “Los muchachos necesitan apoyo de sus padres y autoridades; si contaran con espacios deportivos, seguramente, no existiría ocio y podrían incluso llegar a ser profesionales”, expuso.

El aseo urbano dejó de pasar

Por su parte, Ligia Escalona, habitante, mencionó la insalubridad que los afecta por el incumplimiento del aseo urbano. La recolección de la basura ocurría, al menos tres veces por semana, pero desde hace un mes aproximadamente no se observan los compactadores.

Tienen problemas con los malos olores que emanan las bolsas con desperdicios y también con las alimañas que proliferan desde la irregularidad en dicho servicio. Pagamos el servicio y no cumplen, dijo Escalona, exhortando al Instituto Municipal del Aseo Urbano (Imaubar) para que realicen los recorridos por los sectores y no exista más contaminación.

Aunado a la basura amontonada por doquier, tienen serios inconvenientes con la red de tuberías de aguas blancas y negras. Colapsan con mucha frecuencia y, por desdicha, la hidrológica regional no solventa la problemática.

Olores putrefactos que botan de las cloacas, mantienen enfermos a los vecinos con náuseas, vómitos, dolores de cabeza, pérdida del apetito, entre otros malestares de salud. Solicitan a la ingeniero Adriana Díaz, presidenta de Hidrolara, una asamblea con la comunidad para ofrecerles solución.

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