La derogación de las resoluciones sobre la incorporación de nuevos récipes para la prescripción y venta de medicamentos, por parte del Ministerio de Salud, fue felicitada por Darío Conde Alcalá, directivo nacional de la Federación Nacional Farmacéutica Venezolana y dirigente de la Mesa de la Unidad Democrática, por considerar que de la forma como estaban planteadas tenían bajo amenaza a 7.500 farmacias en todo el país.
“Estos establecimientos estaban en una situación de peligro de multas y cierres temporales o absolutos, de aplicarse esta medida en la forma que había sido señalada”, dijo.
De esta forma, solo entró en vigencia la resolución que limita a 174 principios activos, con igual número de medicamentos genéricos, que pueden ser dispensados sin prescripción médica.
Sin embargo, el dirigente recuerda que lo más alarmante de las reformas que quiere impulsar el Gobierno Nacional es el desabastecimiento de un 40% de medicamente, específicamente aquellos recomendados para la hipertensión, hipoglicemia y artritis; que paulatinamente han desaparecido de los anaqueles hasta producirse la actual crisis que afecta al país.
“Ante esta situación hemos llamado la atención del Ejecutivo Nacional porque estas medidas no son convenientes, ya que la Ley de Salud da orientaciones precisas para tomar medidas en medio de una crisis y no de la forma agresiva que estaba en las resoluciones”, comentó.
A juicio de Conde, la estrategia del Gobierno Nacional con respecto a la distribución de medicamentos pareciera dirigirse a favorecer ampliamente a los genéricos traídos del exterior, particularmente unos que llegarían por una triangulación entre Irán, Pakistán y La India; que son llevados a Cuba y luego traídos al país.
Indicó que esta preferencia por lo extranjero habría significado el fracaso de una institución del Ministerio de Salud, ubicada en el sector Las Adjuntas de Caracas, dedicado a la producción de productos farmacéuticos en Venezuela, debido a la falta de ayuda por parte del Estado y de personeros que preferirían ganar más con la importación que con la producción en suelo venezolano.