La mentira en el contexto

Hoy más que nunca está en el tapete, este antivalor que se cultiva por un grueso  sector  de la población. Cabe destacar que en la Biblia, existen muchas advertencias donde señalan la mentira como negativa. Si nos remontamos al Génesis, observamos que Adán y Eva mintieron al Creador por temor a ser castigados porque habían quebrantado una norma. Esa  mentira supuso la expulsión del Paraíso, también, morir, trabajar para ganar el sustento, y a la vez discernir, conocer, entre otras cosas. Es decir, tuvo consecuencias que podríamos considerar determinantes. Por otro lado, en Éxodo 20,  no mentir es uno de los mandamientos de la Ley de Dios. En Apocalipsis dice que no serán salvados los mentirosos.
Así que hay evidencias suficientes para condenar la mentira venga de donde venga. La gente dice comúnmente que una mentirita piadosa no hace daño a nadie, pero ninguna es plausible. Por lo tanto, nos condenamos si las decimos. Cuando descubres una mentira, sientes que te han subestimado, se resiente tu autoestima. Quién miente no valora la dimensión de los hechos porque una mentira puede hacer mucho daño. Es obvio, que quien lo hace no tiene consciencia del acto, porque de valorarlo sabría las consecuencias que ello implica. Cuando alguien miente subestima a la otra persona, considerándolo menor en todo sentido.
Ahora, la verdad prevalece, tarde o temprano sale a relucir y la otra persona pierde nuestra confianza para siempre. Debemos perdonar a quien nos ha subestimado, pero ya no confiaremos más en ella, porque quien miente una vez, vuelve a hacerlo. Ahora, hay que revisar la personalidad de quien miente. Si hace de la mentira su práctica constante es porque no tiene autoestima, no se valora, por lo tanto no valora a su prójimo. Tampoco razona, porque de hacerlo analizaría primero, lo que la lleva a mentir, y las consecuencias.  La mentira es un acto irracional. Las razones por las cuales miente también hay que analizarlas. ¿Por qué miente alguien? Miente para conseguir algo, es decir, por una necesidad, también por temor a decir la verdad,  o porque le excita dominar la realidad, como un juego de poder, porque tiene una  personalidad patológica. En cualquiera de los casos, la mentira quebranta las leyes de la naturaleza. La Ley de Acción y Reacción le devolverá multiplicado el mal que está realizando, por lo tanto cosechará lo que siembra. Cabe destacar que  quién miente en el amor, que engaña al otro, no necesariamente le irá mal en el área donde siembra el mal, sino el cualquier otra. ¡Es ley! Algún área de su vida se resiente porque está quebrantando las leyes de la naturaleza, y le pasarán  una factura que debe pagar en el presente futuro.
Es lamentable que en este país la gente siga votando por políticos que han mentido para conseguir votos, que ofrecen y no cumplen. Hay  una película  venezolana, excelente, donde el protagonista era un político demagógico. A éste  le dio un infarto, murió técnicamente  y  Dios  lo devolvió a la tierra a resarcir el daño que había hecho, como castigo se convirtió en una mujer pobre que vivía en un barrio de Caracas. Las penurias que pasó en el cuerpo de una dama,  fueron ejemplares para que recapacitara y cambiara como político. Vivió en carne propia las ofertas incumplidas, por los políticos mentirosos. No es necesario estar al borde de la muerte para reflexionar el daño que hace mentir.
No podemos hacerlo ni mucho menos acostumbrarnos a que los otros lo hagan sin que reaccionemos. Debemos ser drásticos, no tener contemplaciones con los mentirosos, hacérselo saber y señalarle que no estamos dispuestos a aceptar sus mentiras, porque de lo contrario, siguen  haciéndolo. Venezuela pasará a los capítulos de la historia como una nación donde prevalece la  mentira, con todos estos acontecimientos que nos han marcado en esos últimos meses, así que no aceptes esta práctica.
Comencemos campañas en los medios sobre el daño que ocasionan estos antivalores y en  educación,  premiemos la verdad, la transparencia para que nuestros niños tengan el  valor para decir lo que les pasa,  sienten, lo que han vivido sin temor a ser juzgados, criticados, ni etiquetados. Para que su autoestima sea positiva y no se crea menos que el otro, porque en la mentira hay un problema grave de autoestima  y de falta de respeto al otro que debemos trabajar para erradicar prácticas insanas que dañan nuestro gentilicio.
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