El Barcelona, herido todavía por la humillación sufrida en semifinales de la Liga de Campeones ante el Bayern de Múnich alemán (7-0 en contra como global), se aseguró matemáticamente el título español, en una temporada agridulce.
Pocos han olvidado el sentimiento de abatimiento que provocó la eliminatoria ante los bávaros (reveses 4-0 y 3-0), que para muchos significó un fin de ciclo. También había dolido la caída en semifinales de la Copa del Rey ante el Real Madrid.
Con esas dos manchas en su expediente de esta campaña, el Barça de Leo Messi, dominador absoluto de la Liga 2012-2013, no se dejó sorprender en el campeonato nacional y aseguró un título que casi todos daban por conseguido desde hace semanas e incluso meses.
Los más positivos prefieren centrarse en este éxito liguero, el 22º de la historia del club azulgrana.
Dos personas están ligadas emocionalmente a este campeonato, el entrenador Tito Vilanova y el defensa francés Eric Abidal, ambos en recientes batallas contra el cáncer y muy queridos por la grada del Camp Nou.
Vilanova estuvo parte de la temporada fuera, tratando su enfermedad en Nueva York tras una recaída. Esta fue su primera temporada como entrenador principal, después de haber sido el ayudante de Josep Guardiola en los logros de los últimos años.
Con ‘Pep’, el Barça consiguió catorce títulos en cuatro años, un récord, y Vilanova pudo al menos conquistar el de Liga, el cuarto en cinco años para la entidad, después de que el Real Madrid se llevara el de la 2011-2012.
En el banquillo del equipo ha tenido también una presencia destacada en estos meses Jordi Roura, su adjunto y el encargado de sustituirlo cuando estuvo de baja por enfermedad.
Junto a la lucha de Vilanova contra el cáncer en la glándula parótida, la presencia de Abidal también ha sido muy aplaudida. Recibió un trasplante de hígado en abril de 2012, tras un cáncer en ese órgano, y a sus 33 años ha firmado esta campaña un regreso insólito, cuando todo el mundo pensaba que optaría por la retirada.
Un año después del trasplante, ‘Abi’ volvió a jugar, en otro de los momentos más emotivos de esta temporada en el equipo catalán.
La temporada liguera había comenzado muy bien para el equipo, con 13 victorias consecutivas y un empate, aprovechando además el arranque irregular del Real Madrid, que se vio afectado además por divisiones internas.
Los hombres de Jose Mourinho mejoraron después e incluso esta temporada fueron superiores al Barça en las confrontaciones directas. Los blancos se impusieron en eliminatorias a ida y vuelta en la Supercopa de España y la Copa del Rey, y en la Liga empataron 2-2 en el Camp Noy y ganaron 2-1 en el Santiago Bernabeu.
Si el Barça ha tenido una estrella indiscutible esta temporada, ese ha sido, de nuevo, el argentino Lionel Messi.
Con 46 tantos en lo que va de temporada, el cuatro veces Balón de Oro ha sido decisivo e incluso está en disposición de alcanzar o superar el récord anotador en una temporada de la Liga española, que él mismo fijó el año pasado en 50.
A su lado, Andrés Iniesta y Xavi Hernández tuvieron que tomar el relevo como líderes cuando Messi, en la parte final de la temporada, sufrió una lesión en un muslo.
La sensación que deja la temporada para el Barça es agridulce. La reconquista del título nacional se ha convertido, pero se esperaba algo más del equipo en el año I de la ‘era post-Guardiola’. Incluso se ha hablado de ‘Messidependencia’, porque sin el argentino el potencial parece bajar varios enteros.
De cara a la próxima campaña, el Barça podría hacer refuerzos importantes.
Entre los nombres que suenan están el alemán Mats Hummels y el brasileño Thiago Silva, pero también la perla de la ‘Seleçao’, Neymar.
Todo ello a pesar de que Vilanova dijo recientemente que el equipo no necesitaba grandes cambios. Los movimientos en el entorno del club, eso sí, parecen indicar lo contrario.