El asalto del papel toalé

Era un día  gris de fecha reciente cuando envuelta en pensamientos melancólicos y llena de algunas carencias sociales incidentes en la calidad de vida, de repente me tropecé con un “vendedor ocasional” ubicado en una calle adyacente al centro de la ciudad, cuyo puesto de venta era la maletera de su vehículo y tenía nada más y nada menos que papel toalé.
Me alegré, sí así es, algunos tontos nos alegramos más que otros, pero por tener la oportunidad de comprar papel sanitario me alegré y sonreí extrañamente, ya que en dos semanas consecutivas no había tenido oportunidad alguna de comprar el anhelado papel, el cual había sustituido por el “toallín” que sirve para la cocina y ya comprobado para algo más.
La cuestión fue que me acerqué emocionada al vendedor –que para ese momento ya era el héroe del papel sanitario- y me vendió dos paquetes de cuatro rollos cada uno.
Finalizada la hazaña de comprar ocho rollos de papel sin cola y sin presión alguna, me dirigí a mi vehículo estacionado a dos cuadras del sitio, y cuando apenas había recorrido pocos metros sorpresivamente me di cuenta de que las personas que caminaban por la otra acera empezaron a cruzar la calle y a dirigirse hacia a mí, asimismo los carros comenzaron a orillarse –y yo apuraba el paso- y otros ciudadanos que venían de frente me miraban sorprendidos y de repente, al unísono, casi en coro y también como un quejido lastimoso dijeron: Señora. ¿dónde encontró papel toalé?
Confieso que me asusté, sentí mi palidez y mi pulso acelerado, y me volteé a señalar el sitio de compra, que para colmo de males ya no estaba: el vendedor había terminado su faena, eran aproximadamente las cinco de la tarde. Entonces me dije a mí misma: Listo me asaltaron por vez primera y por un rollo de papel toalé.
Bueno, finalmente llegué al vehículo completica, me dispuse a pasar el susto generado de tener en la mano y a la luz pública un producto de primera necesidad, lo cual me inspiró para escribir estas líneas y a la vez un punto de reflexión: ¿El desabastecimiento es real o es acaso otra sensación como la inseguridad?