Tenemos el mejor país tan querido y dotado de todo tipo de riquezas, bello como ninguno, y como hemos llegado a tan lamentable situación de que buena parte del mundo no nos vea con buenos ojos, nos están viendo como un país de gente maula, no confiable y conflictivos; es triste para mi como venezolano trabajador a tiempo completo conjuntamente con los que me rodean y que tienen el trabajo como digno.
Tener que reflexionar con este lamentable encabezamiento de lo que aquí deseo expresar, ya que me alimento de la admiración y el éxito de todo el que sea buen ciudadano merecedor de respeto, pero es tanto el bombardeo de malas noticias que hasta confunde al más optimista. Según medios de toda credibilidad aquí no sucede nada positivo que podamos resaltar y publicitar como un mensaje al mundo del buen vivir. Debemos hacer hasta lo imposible por quitarnos ese remoquete de buscapleitos, luchar para evitar el conflicto, usando la inteligencia y la sabiduría que siempre ha estado por encima de todas las fuerzas brutas que abundan, pero que siempre están sobre un pedestal de arena y tan flojos como una torta de auyama.
Es importante en este momento recordar y poner en práctica lo dicho por Henry Wadsworh en su poema El Entusiasmo 1807, al que nos cae muy bien al alto porcentaje de compatriotas que parece no haber sido muy efectivo en la defensa de sus derechos y propiedades adquiridas por su creatividad y esfuerzo:
«En el extenso campo de batalla de este mundo,
en el campamento de la vida,
¡no seas como buey mudo aguijado!
¡sino héroe en el conflicto!»
Este es un mensaje que nos cae como anillo al dedo y nos invita a despertar, a buscar la unión, la paz y dejar el divisionismo y los enemigos invisibles. Ocupémonos de trabajar fomentado el bien, las buenas relaciones y el desarrollo integral del país y a quien le compete preservar la vida de todos los que aquí habitamos no fomentar el odio, el rencor, la delincuencia, el desabastecimiento y lo más triste que nos tengamos desconfianza entre sí, que vuelva la hermandad, que el mundo vuelva a confiar en nosotros y no nos vea como unos pillos, que nos vean como gente del primer mundo, capaces, creativos, impulsadores y no como lumpen, que nuestra voz se oiga y se respete como antes, que la creatividad y el espíritu del desarrollo regrese, que seamos todos un valioso activo en el mundo del progreso y no un mantenido sumergido a la voluntad de algunos; que nos permitan pensar y actuar de acuerdo a nuestra idiosincrasia e ideas bien arraigadas sin importar costumbres, tono de voz e ideologías nada acorde con nuestro señorío, que nos aliemos con quien traiga prosperidad y nos iguale hacia arriba y no hacia abajo; todos nos debemos desear el bien unos a otros, que nada ni nadie que desee separarnos pueda tener éxito, somos venezolanos y punto. Por el bien de todos debemos aplaudir a quien prospere, genere empleos y bienestar a muchas familias, ese es merecedor de apoyo, de una buena alianza que genere buenas relaciones y no intrigas que causen daño.
Todos los días me siento con optimismo a pesar de que soy de los que pertenezco a la juventud prolongada, cada día me siento más animado y me atrevo a invitar a mis contemporáneos a seguir luchando y cosechando éxitos. En mi caso hace pocos días tuve una vez más uno de los premios más preciados y un regalo de Dios, que siempre ha estado a mi lado, pues con honores se acaba de graduar uno de mis principales amores, mi querida nieta, sobresaliente en sus estudios, palabras que de corazón les agradezco a sus profesores. Fue una alumna de lujo con mucho talento, y voluntad, hoy es profesional en el área de psicología. Este grado de mi nieta, María de los Ángeles Mendoza Lugo, es un regalo que Dios me ha dado, así lo cuento y me llena de orgullo al tener muchos hijos y nietos universitarios, buenos profesionales que aman a este país en grande y su aporte será en honor a nuestra patria sin escatimar esfuerzo, igualmente mi querido nieto Gerardo José Mendoza Lugo, ejerciendo ya su carrera como ingeniero con gran profesionalismo, ética, humildad y responsabilidad, como deben ser todos los hombres grandes de este país, gracias Dios, que mas te puedo pedir si todo me los has dado.
Unidos todos por la producción nacional.
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