Amanda Berry, quien permaneció secuestrada durante 10 años junto a otras dos mujeres en Cleveland (Ohio, norte de EEUU), volvió con su familia este miércoles, constató un periodista de la AFP.
La joven de 27 años llegó este miércoles en un automóvil que se detuvo detrás de la casa de su hermana. Estaba acompañada por su hija de 6 años, probablemente nacida durante su cautiverio.
«Oh dios mío, mi corazón se detuvo», dijo una vecina, Jessica Duna, cuando llegó Amanda.
«Es triste que su madre no esté aquí. Eso rompe el corazón», agregó Jessica, de 50 años, una ama de casa que vino a «apoyar» a Amanda, aunque no conoce a la familia.
La madre de Amanda, Louwana Miller, murió «de pena», según sus familiares, en marzo de 2006.
«Bienvenida a casa, Amanda», se podía leer en un inmenso cartel rojo colgado en el porche de la casa, decorada con decenas de globos de colores vivos.
En un árbol se podía ver el viejo aviso de búsqueda de la joven, desaparecida en 2003, destacado con un grueso moño amarillo.