La guerrilla colombiana del ELN condicionó el miércoles la liberación de un ciudadano canadiense, secuestrado desde hace más de tres meses, a que la empresa para la que trabaja devuelva los títulos de unas minas de oro a los habitantes de la zona y acusó al Gobierno de intentar un rescate militar.
El geólogo Jernoc Wobert fue secuestrado el 18 de enero en el departamento de Bolívar junto con dos peruanos y tres colombianos, quienes fueron liberados por los rebeldes tres semanas después.
El hecho dejó en evidencia el riesgo que aún enfrentan las industrias petrolera y minera como consecuencia del conflicto armado interno de Colombia que recibe millones de dólares en inversión extranjera para esos sectores.
“Voceros del gobierno (…) muestran su interés por la pronta liberación del canadiense, pero no hacen ningún esfuerzo para que la multinacional Braeval Mining Corporation devuelva los cuatro títulos mineros, que despojó a las comunidades de esa zona de la Serranía de San Lucas”, dijo el grupo rebelde en un comunicado.
“Si al gobierno le preocupara lograr un desenlace incruento de esta retención, debería agilizar la devolución de estos títulos a sus legítimos dueños, que son los mineros tradicionales de esa zona”, agregó el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
No fue posible obtener inmediatamente un comentario de la minera canadiense Braeval Mining, que tiene un proyecto aurífero en Bolívar, ni de funcionarios del Gobierno.
El grupo guerrillero se opone a las actividades de exploración y explotación de los recursos petroleros y mineros de Colombia con el argumento de que las empresas extranjeras saquean los recursos naturales del país y causan graves daños al medio ambiente.
El ELN es la segunda guerrilla más grande del país y, aunque mantiene contactos con el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y ha manifestado su interés de participar en una negociación de paz, no participa de un diálogo en Cuba con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El ELN fue fundado en la década de 1960 por sacerdotes católicos radicales y en los últimos años fue debilitado por una ofensiva militar del Gobierno, ataques de los escuadrones paramilitares de ultraderecha y enfrentamientos en varias regiones con las FARC, el mayor grupo guerrillero de Colombia.
En la actualidad cuenta con menos de 3.000 combatientes y es considerada una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea.