Desde mi cátedra – Mentira, mentira

Observando y viviendo el panorama por el que está pasando el país, como se dice coloquialmente, es para ponerse a llorar.
Son tantas las situaciones que inciden en crear preocupación y angustia que a la hora de escribir una crónica haya tantos temas que abordar. Uno de ellos de razón estratégica, es la mentira que el régimen establecido por el fallecido presidente, sistemáticamente utilizó como arma manipuladora, y cuyo heredero continúa imitando como recurso de la gobernabilidad a ejercer, y como ejercicio o actitud engañosa propia de este totalitarismo invadido por el comunismo cubano.
Mi hobby musical me invita a recordar un bolero intitulado Mentira, mentira, de Saulo Sedano, integrante fundador del desaparecido Trío mexicano Los 3 Diamantes, populares en los años 50 y 60, tema que la generación actual puede conocer en la voz de Alejandro Fernández; y es que entre tantas mentiras que vocifera el oficialismo y el mandatario, una es promover e invitar a la paz, con mucho amor de patria, y la canción en cuestión en su estrofa dice: “… soñé que a mi alma llegaba por fin el amor/ mentira, mentira, mentira, tan solo mentira/ era solo un sueño, un sueño de amor”; y como lo dijo Calderón de la Barca, al “ilegítimo” le viene bien su verso: “… sueña el que a medrar empieza,/ sueña el que afana y pretende,/ sueña el que agravia y ofende,/ y en el mundo, en conclusión,/todos sueñan lo que son/ aunque ninguno lo entiende/ … que toda la vida es sueño,/ y los sueños, sueños son”.
Y es que el mandatario electo dudosamente, desde su primera intervención transmitió carecer de un liderazgo y una personalidad estructurada para enrumbar al país por rutas menos turbulentas, que si bien es cierto, que continuara con lo heredado, no es menos cierto, que solo el difunto podía mantener por un corto tiempo más, esa magia con la que había cautivado a una gran masa de equivocados y oportunistas seguidores.
Por eso de continuar utilizando la mentira, para satanizar y criminalizar al sector opositor democrático y su liderazgo, como instrumento de temor y acoso, creo objetivamente que se trata de no entender o de no reconocer que a partir del 14 de abril, el electorado comienza a salir del estado hipnotizante y de intoxicación, y razonadamente ha comprendido que con ese discurso no puede construir o relanzar al país que tan maltrechamente recibe. Usar toda la vocería oficial, los poderes públicos y los Ministros para crear un conjunto de circunstancias y situaciones que mantengan a la población en vilo, ha sido la política y las acciones comunistas en todos los regímenes con ese pensamiento; valerse de la mentira en su diaria retórica, es la esencia de origen y la faz del régimen, al que se unen los hechos violentos que promueve haciendo ver al colectivo que esos actos los genera la oposición, falsedad que a todas luces los venezolanos mayoritariamente, lo percibe como una burda y ociosa mentira.
Por ello es acertada la frase del analista Fernando Mirés, “Detrás de cada mentira hay una verdad pero nunca hay una mentira detrás de una verdad… por lo cual la verdad termina imponiéndose por sobre la mentira”. Con violencia, terror, amedrentamiento y querer imponerse a sangre y fuego, se inicia esta fase del chavismo, sin Chávez, con una debilidad mayúscula que lo conlleva a poner en práctica los métodos comunistas con los que se ha sometido al pueblo cubano; y si de suponer se trata, no pasaron 15 días y Maduro fue a consultar y recibir órdenes  de los hermanos Castro, visita más inoportuna y falta de táctica no pudo haber sido, pero “… así son las cosas, cuando son del alma”, como dijo el gaucho.
[email protected]