Desde hace aproximadamente seis meses, la población venezolana y en especial la larense, se ha visto afectada por el gran desabastecimiento que existe en el país.
Productos de necesidad básica como la harina, el papel higiénico, crema dental, azúcar, leche, aceite y margarina, se han convertido en los más buscados por la familia venezolana.
Para quienes realizan sus labores de ama de casa, conseguir los productos se ha convertido en un deporte extremo. “No se consiguen los productos en un mismo sitio. Si queremos encontrarlos tenemos que ir a diferentes lugares y unos están más caros que otros”, aseguró una vecina que se encontraba haciendo mercado para su familia.
Según las amas de casa que realizan esta actividad cada semana, la situación ha empeorado. Algunas alegan que se trata de desabastecimiento y otras creen que se debe al acaparamiento, sin embargo, cualquiera de las dos versiones da pie a que mujeres, hombres, jóvenes y adultos mayores, se vean desesperados en la búsqueda de estos productos.
“La familia venezolana está acostumbrada a comprar su harina, su mantequilla de siempre, a mis hijas pequeñas no les gusta las otras marcas y es injusto que un país petrolero, deba pasar por este tipo de incomodidades”, manifestó un madre que prefirió resguardar su identidad.
Por otra parte, cuando los anaqueles se llenan de los productos más buscados, comienza una ola de rumores entre los compradores donde se les ve hablando por teléfono, anunciando a sus conocidos la llegada de papel higiénico y margarina, como si fuese un producto en extinción.
En el caso de un reconocido establecimiento en el este de la ciudad, sus servicios se han visto colapsados por la llegada de estos productos. Si bien es cierto que cuentan con ellos, la regulación y las colas hacen presencia inmediata.
“Antes hacía compras en otro supermercado. Ahora vengo a este porque tengo suerte para conseguir lo que deseo, sin embargo, las colas para pagar son kilométricas”, explicó una señora que escogía con precaución sus cuatro envases de margarina, tal y como lo refleja el aviso del pasillo.
Incertidumbre
Después de recorrer varios establecimientos y comparar algunos precios, los consumidores corren con la suerte de adquirir lo que están buscando, sin embargo, la incertidumbre y el miedo crecen diariamente.
Algunos de los entrevistados entienden el desabastecimiento en términos de una indignación. “Cada vez es más difícil llevar a casa lo que uno está buscando, no es justo que diariamente crezca la incertidumbre. No podemos conformarnos con las marcas que el Gobierno quiere imponer”.
Por otra parte, el Banco Central de Venezuela, asegura que de cada 100 establecimientos, 40 de ellos no cuentan con los productos solicitados.Es decir que existe un índice de escasez del 40%.
