En un río de aguas negras, nadan los habitantes de las comunidades Tierra Negra y La Tomatera, ambas pertenecientes a la parroquia Santa Rosa, ubicadas unidas una de la otra al noreste de Barquisimeto.
Norma Josefina Montilla, Gerardo Escalona, Carmen Colmenárez y Sandra Mujica, indicaron que llevan meses castigados por olores muy desagradables que ya no soportan, provenientes de la red cloacal dañada por una empresa, a mediados de diciembre del año pasado, en la intersección de la calle José Félix Ribas con calle 14 de Febrero, límite entre La Tomatera y Tierra Negra.
Precisó que luego del asfaltado de las calles principales de la barriada, a finales del año pasado, quedaron algunas filtraciones de aguas blancas, y después fue peor el remedio que la enfermedad cuando una cuadrilla de trabajadores regresó para realizar las reparaciones del caso.
Comentaron que en lugar de resolver el problema, resultó que los obreros no pudieron arreglar el bote de aguas blancas, y sumaron otro más a la comunidad, que hoy los mantiene al borde del desespero.
Se trató del rompimiento de la tubería de aguas servidas, las cuales se unieron a las negras y mezcladas emanan a la superficie desde un gigantesco hueco que abarca el ancho de la calle 14 de Febrero, el cual representa un peligro para los conductores y niños que juegan en esa área, esgrimieron.
Puntualizaron que este hoyo es un pozo de pestilencia, en el que además del líquido fecal también lo contamina todo tipo de desperdicios que inescrupulosos le lanzan a su paso, convirtiéndolo en una letrina pública.
Justamente a un metro de este hueco se encuentra una vivienda donde habita un bebé, de solo un mes de nacido, cuya madre no encuentra qué hacer para protegerlo y que no se le enferme de las vías respiratorias, o de dengue por la cantidad de zancudos, ya que la zona no conoce de programas de fumigación por parte de las autoridades municipales ni regionales.
Adujeron que han recogido firmas de los vecinos y llevado a Hidrolara cartas que dan fe de lo que allí está ocurriendo, pero pasan los meses y la hidrológica no ejecuta los trabajos de reparación, por aparente falta de presupuesto, mientras todas las personas siguen expuestas a la putrefacción.
Advirtieron que en nombre de sus hijos y de todos los niños tanto de La Tomatera como de Tierra Negra, así como de las personas de la tercera edad, se verán obligados a tomar acciones de calle para procurar los tomen en cuenta.
Lamentaron que dos casas de cuidados de niños, de cero a cinco años, se encuentren próximos a este foco de contaminación, sin que puedan hacer nada para evitarlo, ya que son hijos de madres trabajadoras y deben dejarlo allí, mientras asisten a sus empleos.
