El juicio contra varios neonazis acusados de 10 asesinatos, uno de los procesos más importantes por crímenes racistas en Alemania desde el final de la Segunda Guerra Mundial, empezó este lunes en Múnich.
Durante el primer día de audiencia ante un tribunal de Múnich, el proceso fue aplazado hasta el 14 de mayo, ya que la defensa pidió el cese de uno de los jueces. Aún no se había iniciado la lectura del acta de acusación.
El proceso, ya programado hasta enero de 2014, deberá continuar a partir de la nueva fecha.
La principal acusada y única superviviente del grupo neonazi, Beate Zschape, de 38 años, nacida en Alemania del Este, se presentó ante el tribunal vestida con un traje con pantalón negro y una camisa blanca, cuidadosamente peinada y con grandes pendientes de plata.
Zschape, acusada de haber participado en 10 asesinatos en varios lugares de Alemania entre 2000 y 2007, nueve de ellos de carácter racista, apareció sonriente y relajada ante las cámaras de televisión.
Permaneció varios minutos de pie, con los brazos cruzados, dando la espalda al público y a las cámaras de televisión, rodeada de policías en la sala del tribunal.
Zschape se hizo célebre el 8 de noviembre de 2011 cuando tras una fuga de cuatro días a través de toda Alemania, se entregó a la policía. Desde entonces no había vuelto a aparecer en público.
Los dos cómplices de la mujer, Uwe Bohnhardt, de 34 años, y Uwe Mundlos, de 38, los presuntos asesinos, se suicidaron en una autocaravana el 4 de noviembre de 2011, cuando estaban a punto de ser capturados por la policía después del asalto de un banco.
Junto a Zschape, que puede ser condenada a una larga pena de cárcel, comparecen cuatro personas más, acusadas de complicidad y de haber aportado apoyo logístico al trío neonazi, que se autodenominaba Clandestinidad Nacional Socialista (NSU).
13 años de clandestinidad
La militante neonazi vivió en la clandestinidad durante 13 años y está acusada de nueve asesinatos racistas, de la muerte de una mujer policía en 2007, de dos atentados contra comunidades extranjeras y del asalto de 15 bancos, según el acta de acusación.
Frente a Zschape se encuentran 70 demandantes, principalmente familiares de las víctimas, que quieren saber por qué sus familiares fueron asesinados y por qué la policía cometió tantos errores durante la investigación.
«Por su dimensión histórica, social y política, este proceso es uno de los más importantes de la posguerra en Alemania», consideraron los abogados de Semiya y Kerim Simsek, hijos de un vendedor de flores turco asesinado en el año 2000.
Los abogados de las partes civiles desean que el juicio permita esclarecer al máximo las circunstancias de los asesinatos.
A pesar de que la mayoría de las víctimas eran comerciantes turcos o descendientes de turcos, la policía nunca exploró la pista xenófoba.
Foto: AP