El buco que atraviesa la urbanización Patarata, en el este de Barquisimeto, continúa necesitando mantenimiento. Desde hace varias semanas, los vecinos han solicitado la limpieza de los matorrales a la Alcaldía de Iribarren, sin embargo, no ocurren las atenciones por parte del gobierno municipal.
Las casas que colindan con la quebrada, sufren grietas y hundimientos en sus patios, como consecuencia de la humedad. Hasta con el mínimo aguacero, sube el caudal que llega hasta los domicilios. En este sentido, solicitan celeridad en la ejecución de un saneamiento total de la canal que, por un lado elimine las impurezas, y también acabe con los riesgos para este grupo de familias.
Gilberto Yépez, vecino, declaró que en el tramo de la vía principal, justo donde está el gimnasio cubierto de la comunidad, hay la mayor cantidad de matorrales. Es casi imposible que el agua de las lluvias fluya en ese lugar donde hay objetos abandonados, ramas de árboles, animales muertos, neumáticos, entre otros desperdicios.
De allí que sea indispensable la colaboración de los organismos expertos en el sistema de drenajes y quebradas, a fin de que utilicen las maquinarias especializadas para sacar del paso aquellos residuos causantes de los desbordamientos.
De no contar con la debida asistencia, probablemente en la época de lluvia que empieza a notarse, haya problemas con pequeñas y medianas inundaciones en la vía. La Empresa Municipal de Infraestructura y Conservación del Ambiente (Emica) es la responsable de llevar a cabo el mantenimiento de dicho buco.
“Esperamos por la atención de la Alcaldía; la quebrada está cubierta del monte y de otros objetos en desuso que desbordan el agua hacia las viviendas. Nos esforzamos en limpiar la maleza hasta donde podemos, es decir, bajar hasta el fondo del buco es una labor que no podemos hacer nosotros, allí es necesario la cooperación de Emica con sus máquinas especializadas”, sostuvo.
Asimismo, los habitantes de Patarata se quejan de la proliferación de zancudos. Los criaderos abundan en el buco y en los alrededores sólo conocen de picaduras. Temen que la enfermedad del dengue afecte a sus pequeños y ancianos, la población más sensible de la conocida urbanización.
Por esa razón, piden un servicio de fumigación que los ponga a salvo de los zancudos y otras alimañas provenientes de la canal que requiere de mantenimiento, ausente desde hace un buen tiempo.
Finalmente, manifiestan su preocupación por otras áreas que a pesar de ser espacios públicos no cuentan con las atenciones de los organismos competentes sino que siguen en la desidia.