El cultivo de la caña de azúcar es uno de los rubros más importantes en Venezuela, por formar parte de la cesta básica.
No obstante, la industria azucarera atraviesa una de las situaciones más difíciles de su historia, debido a la regulación del precio que desde el año 2005 no ha sido revisada la medida pese al incremento en los costos para producirla.
En ese sentido, Eligio Silva, presidente de la Fundación Azucarera para el Desarrollo, la Productividad y la Investigación, Fundacaña, reseñó que en 2013, luego de la devaluación de la moneda, la producción de azúcar se verá mermada con gran acentuación.
-Esta terrible situación ha venido afectando a toda la cadena de la industria azucarera, tanto a productores como contratistas, centrales azucareros y sin dejar de mencionar a las fundaciones, reveló Silva en conversación con EL IMPULSO.
Explicó que Fundacaña desarrolla un papel preponderante en la industria toda vez generan investigación para mejorar la productividad y aumentar la cantidad de azúcar que demanda el país.
-Pero el aporte de recursos para la fundación, lo asigna el Gobierno nacional por toneladas de caña molida, lo que ha venido en declive a partir del año 2005, apuntó.
La disminución en números
Silva reflejó que para la zafra 2005-2006 se llegó a moler en Venezuela, más nueve millones de toneladas de caña, produciendo ese año más de 740 mil toneladas de azúcar cuando el consumo del rubro se ubicaba en 900 mil.
-Esto quiere decir, que la producción de azúcar estuvo casi a punto de autoabastecer la demanda nacional, cuyo aumento inició a partir del año 2001-2002, cuando se decretó rubro bandera el cultivo de la caña de azúcar, otorgándose una serie de créditos y financiamiento a los productores, además de la revisión del precio, que conllevó también al aumento de área de siembra, precisó Silva.
Indicó que durante esos años, Venezuela llegó a tener un déficit de menos de 200 mil toneladas de azúcar, hasta la regulación del precio, decayendo vertiginosamente hasta que en 2012, se produjeron alrededor de 470 mil toneladas de azúcar cuando el consumo aumentó a un millón 200 mil toneladas.
Hoy día, el país tiene un déficit cercano a las 800 mil toneladas de azúcar, lo que ha producido una aguda escasez del rubro pese a la gigantesca importación.
Según opinión del presidente de Fundacaña, es más económico producir azúcar que importarla, aduciendo que con el dólar a 6,30 bolívares no se puede traer azúcar a pesar de que el precio internacional ha bajado.
El precio del azúcar en crudo más el proceso de refinación, supera el precio de venta en el mercado nacional, que además de ello, con las desmedidas importaciones, se perjudica ferozmente a los productores nacionales, estimulando la producción internacional y el mercado de excedentes, como Brasil, Nicaragua, Colombia, entre otros.
Silva señaló que Venezuela atraviesa una de las peores crisis de producción en el mundo, ubicándose entre los países con menos productividad.
Nuevas tecnologías
están cercenadas
Debido a las erradas políticas impuestas por el Gobierno nacional, el estudio y la implementación de nuevas tecnologías para el estudio y desarrollo de la industria cañamelar, se ha visto cercenada y hasta mutilada.
El doctor Herman Nass, estudioso de este cultivo por más de 35 años, opinó que dichas políticas han tenido como resultado la expropiación de espacios destinados al estudio como la Estación de Cuarentena Vegetal, ubicada en la sede de Fundacaña, Chivacoa, estado Yaracuy, única en el país, lo que impide la posibilidad de importar caña sana con tecnologías avanzadas.
Otro de los elementos contrarios a la investigación lo representa la congelación del precio del azúcar, el cual actualmente no es cónsono con los costos en el campo, que necesita una inversión alta para el desarrollo.
-Los productores necesitamos un precio que oscila en unos 13,50 bolívares en anaquel, que no existe, lo que perfila a futuro inversiones en el campo y en los centrales serán casi quiméricas, dejando como consecuencia una zafra que lejos estará de ajustarse a los requerimientos y demandas actuales, sentenció Nass.
Esta debacle percibida en la producción nacional, ha conllevado a depender en un 80% de las importaciones, traduciéndose esto en la pérdida de la soberanía, por lo que esperan, que pasado el proceso electoral, el Gobierno sincere los precios del azúcar, revisión de las líneas de créditos necesarios, facilidades de adquisición de productos agrícolas con dólares preferenciales.
Aseguró el investigador que personeros del Gobierno vinculados al sector agrícola, comprenden la necesidad del sector pero que por miedo a retaliaciones no se atreven a proponer la liberación de los precios del rubro.