El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, discutió este sábado con 170 empresarios centroamericanos las posibilidades de fortalecer las competitividad de las economías de la región, para luchar en mejores condiciones contra el crimen organizado.
«Estados Unidos apunta al éxito de ustedes, queremos ser socio de ustedes (…) Si ustedes prosperan, nosotros también», dijo Obama en un foro al que también asistieron los presidentes Laura Chinchilla (Costa Rica), Otto Pérez (Guatemala) y Ricardo Martinelli (Panamá).
Durante el foro se analizaron propuestas de mejoras en la infraestructura de fronteras y en el área de energías.
Obama reconoció que la energía constituye un serio desafío para América Central. «Todos los lideres del SICA (Sistema de Integración Centroamericano) que encontré ayer enfatizaron este tema de la energía», cuyo costo en el área triplica al de Estados Unidos y conspira contra la competitividad del área.
Al respecto, Obama reconoció que aún no se ha decidido si Estados Unidos autorizará las exportaciones de gas natural licuado en los próximos años, «pero puedo asegurarles que una vez que tome la decisión (…) América Central estará en mi agenda».
La elección de este foro con empresarios para concluir la visita a una región por la que transita el 90% de la cocaína consumida en Estados Unidos, ratifica el deseo enunciado por Obama de aelerar el desarrollo mientras se avanza en la guerra antidrogas sin militarizarla.
«Es muy difícil crear una economía fuerte cuando el pueblo esta preocupado por la seguridad», dijo Obama.
Agilizar los pasos de fronteras entre Centroamérica y hacia Estados Unidos, en el marco del Tratado de Libre Comercio (TLC) que tienen en vigor desde 2006, es un tema prioritario en la reunión.
El crimen organizado signó la cumbre
Obama, que partió de regreso hacia Estados Unidos poco después del mediodía local, había mantenido el viernes una larga cena de trabajo con los ocho mandatarios de los países miembros del SICA, centrada en el narcotráfico, pero también en el comercio y las migraciones.
«No tengo interés en militarizar la lucha contra el narcotráfico», dijo Obama en una región que ha sufrido decenas de miles de muertos por esa guerra.
El crimen organizado, sobre todo el narcotráfico, ha disparado la tasa de homicidios en Centroamérica a casi 40 por cada 100.000 habitantes, cinco veces la media mundial y con picos -como en Honduras- que duplican esa aterradora tasa.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, destacó que el combate a la pobreza «crea las mejores condiciones para combatir el narcotráfico».
Centroamérica reclama a Estados Unidos un mayor compromiso que vaya más allá de operaciones conjuntas y conforme a su responsabilidad de principal consumidor en el floreciente negocio de la droga.
“Queremos más apoyo de Estados Unidos en temas de prevención al narcotráfico», afirmó el presidente salvadoreño, Mauricio Funes.
Obama recordó a los centroamericanos que Estados Unidos ha destinado unos 500 millones de dólares desde 2008 a la estrategia de seguridad regional.
«Volví a insistir en que sí es importante que estemos abiertos al diálogo y el presidente Obama dijo que ellos tienen la apertura (…) a la discusión sobre nuevas alternativas», expresó Pérez.
Obama volvió sobre el tema en esta gira. «No creo que legalizar las drogas sea la respuesta. En cambio, pienso en un enfoque global, no solamente represivo, que incluya educación, prevención y ayuda médica», dijo.