Ahora, que hay un alto en la batalla,
Demos un descanso en la trinchera.
Ahora que el cañón del enemigo calla
demos gracias a Dios que esta arriba,
Por el resto de vida que nos queda
Por sobrevivir la desgracia,
Y estar aun firme en la pelea.
Hoy Atila celebra su pírrica victoria
rodeado de culebras y alacranes,
que ovacionan sus desvaríos y desmanes,
que Venezuela, jamás borrará de su memoria.
Ellos sus manos han manchado
con sangre, honesta e inocente.
Pero…el ojo de Dios esta presente,
Fue testigo del daño que han causado.
Fue testigo del daño que han causado,
a un pueblo que pide justicia,
son un puñado de malvados
que obedecen a una mente enfermiza.