El régimen comunista de Cuba es como una casa vieja a punto de derrumbarse, afirmó el jueves la disidente bloguera Yoani Sánchez durante una conferencia de la ONU sobre derechos humanos en Ginebra, donde sostuvo que las tímidas reformas de La Habana son una cortina de humo.
«Los supuestos cambios raulistas son superficiales», declaró Sánchez a los periodistas, refiriéndose al presidente Raúl Castro, quien reemplazó a su hermano enfermo, el líder revolucionario y ex presidente Fidel Castro, hace siete años.
«El modelo cubano es como una casa en La Habana Vieja. Cuando miras la casa te preguntas cómo es posible que todavía no se haya derrumbado», dijo la disidente.
Agregó que luego llega el dueño y quiere cambiar la puerta. Destornilla un tornillo, y cuando lo hace, toda la casa se viene abajo. «La cuestión es: ¿cuál tornillo sacará?», preguntó.
Esta disidente afirmó que los ancianos líderes cubanos deben hacer frente a una dura «realidad biológica», a las crecientes críticas del público y al cambio político en Venezuela, cuyo petróleo mantuvo a flote a Cuba.
Sánchez, que en 2008 fue nombrada por el semanario estadounidense Time como una de las 100 personas más influyentes del mundo, es una desconocida para la mayor parte de los habitantes de Cuba, donde los medios de comunicación e internet son severamente controlados.
Sostuvo que es inaceptable que en el siglo XXI, «Cuba sea el país del hemisferio occidental que tiene menos acceso a los medios de comunicación modernos». La única excusa es el pánico que tiene el gobierno de que el pueblo tenga acceso a la información, denunció.
Yoani Sánchez, de 37 años, ha viajado mucho desde una reforma que a partir de octubre pasado permite a los ciudadanos cubanos viajar al extranjero por primera vez sin la denigrada y carísima visa de salida.
Afirmó que el mundo no debería ser engañado por los cambios en la economía dirigida cubana.
La célebre disidente señaló que en su opinión, «las reformas carecen de profundidad», agregando que lo mismo puede decirse de la política.
Entre sus críticas señaló que no hay libertad de asociación, libertad de expresión, libertad política ni libertad de oposición.
Los disidentes cubanos afirman que el número de presos políticos en el país cayó de 300 en 2003 a unos 50. Por su parte, el gobierno desmiente que haya prisioneros políticos.
Hubo una transformación en la «estrategia de la represión en Cuba», dijo Sánchez, explicando que durante Fidel Castro era como un «reality show» en el cual la gente era procesada y condenada a diez años.
«Los métodos raulistas (…) no dejan rastros legales, de esa forma pueden decir que no hay represión en Cuba», añadió, señalando reiterados actos de acoso y amenazas.