Científicos de la Universidad de Northwestern (EE UU) demostraron en un estudio reciente que se puede aprender a decir una mentira de tal modo que parezca idéntica a la verdad.
Normalmente, las personas tardan más tiempo y comenten más errores cuando cuentan una mentira que cuando dicen la verdad. Esto sucede, en esencia, porque en su cabeza están manejando dos respuestas que se contradicen entre sí, y tratando de suprimir la opción más honesta. Sin embargo, con la práctica adecuada las diferencias reconocibles pueden desaparecer. Xiaoqing Hu y sus colegas pusieron a prueba un sistema de «entrenamiento de mentirosos» en el que una serie de sujetos aprendían a aumentar la velocidad de respuesta cuando el contenido de sus palabras era incierto. Tras practicar y repetir en sus mentes varias la mentira, comprobaron que a partir de cierto punto los individuos no cometían errores al contarla, y respondían a idéntica velocidad mintiendo que cuando lo que decían era cierto.
El nuevo hallazgo debería ser tenido en cuenta por la policía cuando se comete un delito. «En la vida real, suele transcurrir un tiempo entre que se produce un crimen y se interroga a los sospechosos, suficiente para preparar y practicar mentiras», advierte Hu.
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