El segunda base José Altuve, inamovible en el lineup de los Astros de Houston por su impresionante producción con el madero, es en definitiva del tamaño de sus retos.
Pese a ser el jugador de más baja estatura en el béisbol de las Grandes Ligas en los últimos 30 años, tal y como lo cita Jim Caple en un reportaje especial en el sitio web de ESPN, su producción es asombrosa y desafía a quienes lo tildaban de “muy bajo” para el béisbol.
El criollo, sin contar el juego de anoche contra los Yanquis de Nueva York, ligaba para .330 con 11 carreras anotadas y 14 carreras impulsadas en 27 partidos. El año pasado ligó para .290 con 33 bases robadas y logró un cupo en el equipo de la Liga Nacional para el Juego de las Estrellas, en su primera temporada completa en la gran carpa.
“Adonde quiera que voy, tengo que probarme a mí mismo” dijo Altuve en el mencionado trabajo especial. “Tengo que esforzarme un poco más que los demás, pero realmente me gusta, porque de ese modo siento la atención de todo el mundo sobre mí, para que puedan ver lo que hago. Lo tomo como un bono y simplemente le pido a Dios que me ayude”.
El jugador de Navegantes de Magallanes en Venezuela cumplirá apenas 23 años el próximo lunes y está acostumbrado a los comentarios sobre su estatura. “Me preguntan qué tan alto soy o qué tan viejo. Me preguntan si soy jugador o batboy. Me dicen que soy pequeño para el béisbol. Yo sólo salgo al campo y juego duro para mostrarle a la gente que los bajitos también podemos jugar béisbol”.
Rivera con Arizona
El inicialista y jardinero criollo Juan Rivera firmó un contrato de ligas menores con los Cascabeles de Arizona, un mes después de haber sido dejado en libertad por los Yanquis de Nueva York. De acuerdo con su nuevo equipo, irá al campamento primaveral extendido por entre siete y diez días y luego irá al Reno, filial triple A.
El jugador de 34 años de edad viene de ligar para .244 en 339 turnos el año pasado con los Dodgers de Los Ángeles al alternar entre la titularidad y la banca en los jardines y la inicial. En el campamento primaveral con los Yanquis bateó .295 en 63 turnos.
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