Es un estado emocional que se genera cuando hemos experimentado una situación de fracaso. ¿Te suena? Seguro que en algún momento de tu vida lo has sentido. El grado depende de cómo te tomas la vida, cuál es tu actitud ante un fracaso.
Hoy en día vivimos con un nivel muy de exigencia con uno mismo y con los demás. Es una lástima que tengamos que sentir frustración con todo lo que tenemos a nuestro alcance, aun así, es muy habitual, tanto en niños, jóvenes, adultos y ancianos.
Podría escribir sobre múltiples causas conocidas y desconocidas que llevan a la frustración pero yo me atrevo a resumirla en una sola causa: el ego es el responsable. La frustración procede del ego y el ego es un ente falso creado por la sociedad, es una identidad, querías algo y alguien ha impedido que lo consigas.
Entonces empieza a sonar toda la orquesta de emociones, sentimientos y sensaciones: entre ellas la señora Ira. Ira contra aquella(s) persona(s) que ha(n) destruido la posibilidad de realizar tu deseo y/o contra ti misma(o).
Otros invitados de honor que se presentan ante la frustración
Son: el miedo, la tristeza, el resentimiento, el enfado, el mal humor, el pesimismo, la desconfianza, la baja autoestima, la comparación, la depresión, la culpabilidad, el remordimiento, la angustia, la ansiedad, el estrés y también incluyo las somatizaciones que el cuerpo tiene cuando hemos retenido las mencionadas emociones.
Piensa que sea lo que sea que te lleve a este estado, pasará, nunca es permanente, las emociones vienen y van como las olas del mar. Después de la tormenta siempre sale el sol de nuevo. Es parte de la naturaleza misma de las cosas.
La clave está en aceptar, que no significa resignarse, aceptar lo que te sucede con profundo respeto, hacerte amigo de tus emociones y reflexionar que todo lo que sucede en alguna medida es para aprender algo, en el momento no siempre podemos comprender y quizás más adelante, podamos conocer el motivo.
Tener la claridad para saber cuándo hay que quedarse y cuando la vida te invita a retirarte y entonces hacerlo con profunda gratitud.