Aunque las esperanzas son las últimas que se pierden, para los docentes y alumnos del caserío Potrero de Bucare, cerca de Bobare, se están perdiendo ante las poca respuestas positivas a sus angustiosos llamados para que les construyan una sede a su liceo.
Son casi doscientos estudiantes para quienes no ha habido consideración alguna desde el Gobierno Nacional en lo que respecta a sus justas exigencias de contar con una sede digna, como las que han construido en otros paises.
Esos casi 200 jovencitos, muchos de ellos procedentes de alejados caseríos de la parroquia Águedo Felipe Alvarado, merecen todo reconocimiento por los sacrificios que hacen a diario para superarse.
Para comenzar, el liceo del Potrero de Bucare no cuenta con salones de clases en el buen sentido de la palabra.
Reciben instrucciones en improvisadas aulas de una vieja casona que tuvo que ser habilitada para que ellos pudieran estudiar.
Igual reconocimiento merecen las y los docentes quienes con mucha paciencia dictan sus clases en inhóspitas condiciones, con temperaturas que en oportunidades superan los 40 grados pues se trata de una estructura con techos muy bajos en la que se concentra un calor sofocante que cualquiera no puede soportar.
Está el caso del quinto grado que funciona en una pequeña habitación, sin ingreso de aire por ninguna parte.
A todo eso hay que agregar el trabajo del personal administrativo que no cuenta con algo que pueda parecerse a una oficina, y lo mismo ocurre con la cocina y si es el comedor, simple y llanamente no existe.
El agua no se recibe con regularidad y los servicios sanitarios prácticamente no existen pues solamente cuentan con unas viejas letrinas.
Otro caso es de la edicación física que no dispone de una cancha propia y por eso los alumnos deben caminar más de un kilómertro para recibir las instrucciones del profesor Virleone De Santiago.
Pero esa cancha, que no es del liceo, tampoco está en buenas condiciones pues le falta de todo, comenzando con la cerca perimetral, que se encuentra destruida y para practicar baloncesto no cuenttan siquiera con tableros.
El profesor De Santiago, además de abogar por una instalación propia del liceo, pidió la donación de útiles deportivos ya que no tiernen nada.
El llamado lo hizo a la alcaldía de Iribarren, la gobernación o a la empresa privadas para que les donen algunos implementos, en especial balones a fin de que los jóvenes tengan con que practicar.
“Pero necesitamos una edificación para el liceo porque esos casi doscientos muchac hos estudien en mejores condiciones y no como lo hacen en la actualidad, sin ninguna comodidad.
Ellos han enviado documentos a diferentes organismos, Ministerio de Educación, Gobernación de Lara, Zona Educativa, FEDE, pero hasta ahora no han tenido una respuesta positiva.
“Pero todavía tenemos algo de esperanzas en que algún día se acuerden de que en el Potrero de Bucare, cerca de Bobare, exister un liceo que funciona en locales improvisados, sin cumplirse ninguna de las normas legales.
Todo el alumnado y personal docente está dispuesto a seguir exigiendo lo que de acuerdo a la Constitución Bolivariana les corresponde; una sede acorde con sus necesidades, que beneficiará a un gran número de adolescentes campesinos quienes también tienen derechos igual que los de las ciudades.