El gobierno tendrá que tomar decisiones de emergencia, para impedir la parálisis total de la economía
Los tiempos por venir, en cuanto al abastecimiento, serán muy difíciles si persiste escasez de divisas
El reclamo que vienen haciendo los distintos gremios de la producción, con la finalidad de que haya una mayor fluidez, por parte de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), para la aprobación y liquidación de los dólares, al parecer tendrá que seguir esperando.
En efecto, de acuerdo con la información que se ha podido conocer, en medios vinculados con la Comisión, el principal problema que confronta el organismo regulador del flujo de divisas, es que en estos momentos los suministros de divisas por parte del Banco Central, han registrado una fuerte contracción superior, que en términos conservadores se estima en un 27%, razón por la cual Cadivi ha reducido en la misma proporción la entrega de dólares a los sectores productivos, al extremo que ya las demoras superan los 230 días, de acuerdo con las denuncias formuladas por gremios como Conindustria, Fedeagro, Cavidea, entre otros.
En efecto, recientemente Carlos Larrazábal, presidente de Conindustria reveló que Cadivi tiene deudas con el sector manufacturero por el orden de los US$ 8.000 millones, lo cual ha contribuido a que muchos de sus proveedores hayan suspendido los envíos de materias primas e insumos, hasta tanto no se les cancelen las obligaciones pendientes.
Cavidea acaba de denunciar que en estos momentos, Cadivi tiene deudas pendientes por US$ 550 millones, que deberían haber sido aprobados y liquidados en el año 2012. Asimismo, el sector de alimentos denuncia, que en los últimos dos años ha recibido por parte de la Comisión entre el 60% y 70% de sus necesidades, con demoras en el orden de los 230 días.
Mientras que Fedeagro advierte que las liquidaciones de divisas para las importaciones agrícolas, en algunos casos tienen demoras hasta de 300 días, afectándose el sector en la adquisición de insumos, maquinarias y repuestos.
Mientras tanto, existe gran expectativa con la llegada de Nelson Merentes al Ministerio de Finanzas, ya que el ex presidente del Banco Central de Venezuela conoce y está consciente de las necesidades de divisas del sector productivo; sin embargo, la última palabra en estas decisiones la tiene el Presidente Maduro.
Muchas empresas nacionales no han recibido este año divisas para importaciones, tal como lo han reportado Conindustria. Asimismo, algunos medios de comunicación sólo recibieron asignaciones de sus requerimientos, hasta el mes de diciembre, lo que ha generado preocupación en el sector.
Trascendió, de fuentes confiables vinculadas con Cadivi, que este organismo estuvo manejando la semana pasada, “un volumen de US$ 50 millones para las liquidaciones de esa semana, para la próxima no se sabe si habrá”, lo que evidencia que es necesaria, tal como lo han señalado en Fedecámaras, la toma de decisiones inmediatas en materia de divisas, para evitar que se profundice en los próximos dos meses, la situación del desabastecimiento, que de acuerdo con las cifras que maneja el propio Banco Central, en este momento está en un 22%.
La pregunta que surge inmediatamente en la mente de todos los venezolanos, cómo es posible que un país que tiene ingresos sólo por concepto de renta petrolera de US$ 100 mil millones al año, además de los recursos por concepto de la tributación interna, en estos momentos está atravesando por una crisis de tal magnitud, cuyas consecuencias aún están por conocerse.
Inevitable el desabastecimiento
Ante los escenarios antes señalados, y ante la evidencia real de que no hay divisas para atender todos los requerimientos de la agricultura, la industria y el comercio para continuar produciendo y garantizar el suministro de bienes y servicios, pareciera que es inevitable si no se toman medidas urgentes, a través de las cuales se revierta la situación que está planteada, que la situación de desabastecimiento que se ha venido registrando en los últimos meses y que el BCV estima en un 22%, en informes que maneja internamente, se profundice y los venezolanos se encontrarán con el dinero en el bolsillo, pero no habrá los productos para ser adquiridos.
En el instituto emisor están conscientes de esta realidad, recientemente estuvo circulando un informe del organismo sobre el desabastecimiento y la necesidad de manejar esta materia con una mayor diligencia, tomando en consideración que una de las áreas más sensible para todos los hogares y las familias venezolanas, es la alimentación a la cual destinan en estos momentos, como consecuencia de la alta inflación, cerca del 60% del ingreso, incluso allí están muy claros en los riesgos que está corriendo el país en el momento en que no se pueda atender los requerimientos mínimos de la población, al extremo que en el alto mando del instituto emisor se ha calificado este informe como la “Bomba atómica de la economía”.
Por otro lado, no hay que olvidar que el costo de la Canasta Alimentaria Familiar, para el mes de marzo de este año tuvo un costo de Bs. 4.951,15, equivalente a 785,89 dólares y a 615,27 euros, requiriendo una familia más de 2,41 salarios mínimos sólo para poder adquirir la comida si es que la encuentra, que no es precisamente la situación en la que vive más de la mitad de los hogares venezolanos.
Al gobierno no le queda otra que sentarse a la mesa con el sector privado, poner las reglas sobre la mesa, y adoptar un conjunto de medidas de emergencia, para impedir que la conflictividad social, que está latente, pueda generar situaciones verdaderamente impredecibles, el presidente Maduro ha hecho promesas sobre esta materia, pero como nadie le cree, la cosa se complica, así que tendrán que parir los dólares.