Caminito que un día
Primera visita de Pablo Morillo a Barquisimeto (1).
El 6 de julio de 1818 el jefe español Pablo Morillo se encontraba en Nirgua, población donde había establecido su Cuartel General.
Desde dicho lugar escribe al ministro de Guerra, dándole cuenta de una información que le trasmitió el brigadier Francisco Tomás Morales acerca de un encuentro que tropas del rey habrían sostenido en un sitio llamado La Laguna cerca de Calabozo contra tropas rebeldes compuestas por 1200 soldados de caballería y 524 jinetes que, según Morales, fueron derrotadas con pérdidas de 700 hombres, efectos de guerra capturados y pérdidas españolas de 16 muertos y 56 heridos, entre ellos el capitán de Navarra D. José García, muerto, y heridos el teniente coronel D. Francisco Núñez, comandante del escuadrón de El Sombrero, los capitanes D. Francisco Brache, Tomás Márquez, Juan Bautista Medina y Reyes Alvarado, el teniente Pablo Fréitez y el alférez Pablo Daniel, para quienes Morales pide reconocimientos del alto gobierno.
Diez días después, Morillo ha trasladado su cuartel general a Barquisimeto y, justamente del 16 de julio es una comunicación al Ministro de Guerra dándole cuenta, esta vez, de otra correspondencia de Morales enviada desde el Hato de Ramírez, llanos de Calabozo y fechada el 14 de junio en la cual le cuenta a, su superior acerca de otro encuentro contra una tropa de 70 rebeldes al mando de Julián Infante de los cuales dice haber dado muerto a 10 y hecho prisioneros unos 36 por quienes supo que Infante se encontraba en el pueblo de Belén con 300 o 400 hombres, que el primer grupo acompañaba 422 mujeres con niños de diferentes edades “en un caserío de 74 chozas nuevas, provistas de toda clase de víveres” y que entre los prisioneros se hallaban un hermano y otro pariente de Infante a quienes, por su edad, había enviado junto con las mujeres y niños bajo la protección de las armas reales, al pueblo de Ortiz.
Este día anduvo bastante ocupado con su correspondencia para el Ministro de Guerra recomendándole otorgar “gracias y condecoraciones” a un conjunto de individuos del ejército español “por las gloriosas acciones que hemos sostenido”, según informes enviados con anterioridad, contra los rebeldes de Guayana y el Apure, en cuyas ocasiones fue “apresado, muerto o disperso el total de sus fuerzas en términos de haber vuelto solo Bolívar a Guayana y obligado a Páez a repasar el Apure con muy poca gente, quedando en nuestro poder, dice Morillo en su carta, todas sus banderas, caballos, armas y municiones, libertadas estas provincias y exterminados muchos de sus más famosos jefes..” (Tomo III, p 584).
Según Morillo, estos individuos “son dignos de la paternal piedad del Rey nuestro señor por sus heróicos servicios, trabajos y sufrimientos, habiendo permanecido constantemente en campaña y contribuido en gran manera a las glorias que han adquirido las armas de S.M., por cuya razón y deseando ver recompensadas sus hazañas y el noble entusiasmo con que defiende los sagrados derechos de Rey, a costa de los mayores sacrificios, no puedo menos de interesar la poderosa mediación de V.E para conseguirles un premio a que son acreedores en justicia”. No menciona los nombres de sus recomendados.
En esta fecha Morillo comunica que el coronel Sebastián de la Calzada, el 22 de mayo desde Barinas, le avisa habérsele incorporado el 20 de mayo, en Obispos, el coronel D. Juan de los Reyes Vargas, “las ventajas conseguidas por éste sobre Nutrias” y que reunidas ambas fuerzas en Barinas se encontraron en las llanuras inmediatas a esta ciudad con 700 insurgentes de caballería mandadas por el gobernador de dicha provincia, Juan Gómez.
Calzada describe la batalla en la cual las fuerzas patriotas habrían sido derrotadas tomándole “su caballada, compuesta de más de 300 caballos y algunas mulas, un cargamento de sal y aguardiente que dejaron en el campo; y entre los muertos el teniente coronel José Antonio Acosta, el capitán de la guardia de Páez, Fermín Ruiz y el escribano Real de Mérida D. Diego Almansa“, mientras que las pérdidas realistas habían sido dos soldados y tres caballos heridos y “la muerte de los españoles europeos D. Manuel María Tirapena comandante militar de esta ciudad; D. Esteban Alumbre y D. Juan Comós, comandante de las fuerzas sutiles de Apure”, sorprendidos dos días antes en Barinas y ejecutados por los rebeldes “al tiempo de ser cargados por nuestras tropas”.
Dice Calzada que el teniente coronel D. Domingo Loyola “tuvo la ocasión de distinguirse cargando constantemente con las guerrillas de caballería, a los enemigos” (Id., p. 558).
En otra comunicación del 20 de julio dice Morillo que el brigadier Francisco Tomás Morales le informa, desde el Hato de Santa María con fecha del 5 de julio que se encontraba allí con parte de las tropas de su división y “había mandado a los comandantes de escuadrón D. Raimundo Flores y D. Antonio Ramos, con 200 caballos cada uno, sobre las inmediaciones de San Fernando, obrando ambos en combinación” resultando que Flores, cerca de Camaguán, sorprendió una partida rebelde matando 24 de ellos y haciendo prisionero otros 30 y capturándoles más de 100 caballos que tenían empotrerados y algunos ensillados.
Ramos por su parte, sobre el Hato de Garabunda atacó otra fuerza patriota obligándolos a repasar el Apure con pérdida de 13 muertos y 7 prisioneros, caballos ensillados, lanzas y carabinas.
De otras comunicaciones enviadas desde Barquisimeto por Morillo, se hablará más adelante.
caminitoqueundí[email protected]
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