Willian Ernesto Araujo Montero, de 29 años de edad y sargento primero de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), fue asesinado la madrugada de ayer en la avenida Principal con carrera 2 del sector Asoprado del barrio Bolívar, al oeste de Barquisimeto.
Sentada en un banco adyacente a la morgue del Antonio María Pineda estaba su esposa Nidia de Araujo la mañana de ayer. Se encontraba en shock; no paraba de llorar justo al lado del uniforme militar, verde oliva, que le colocarían a su esposo. “¿Cómo te van a matar así, tan feo? ¿cómo pudo ocurrir esto, que horror?”, gritaba desesperada repetidamente, mientras sus hijos la abrazaban tratando de consolarla y le daban jugos para que se calmara.
Mientras sostenía su cédula y la del esposo, Nidia contó que Araujo Montero fue a una reunión del Club del Chevette en el sector Buena Vista.
A las 2:00 de la mañana, cuando regresaba a su casa en La Nueva Paz a bordo de su Chevrolet Chevette Azul, por la avenida principal del Bolívar, se paró a orinar en la esquina de la carrera 2. Algunos hombres que estaban en el lugar comenzaron a tirarle piedras y le echaron un tiro.
Araujo Montero trató de sacar su arma Pietro Beretta 9mm, pero desde una casa cercana lo acribillaron a tiros y cayó muerto en el sitio. Corrieron hasta donde estaba, le quitaron el arma y huyeron del lugar.
“Lo mataron por esa arma, tanto sacrificio que hizo para comprarla y lo mataron para quitársela”.
La esposa recordó que a ella la llamaron a las 2:16 de la mañana para avisarle que estaba muerto.
“Yo pensé que había tenido un accidente y fui a El Rodeo a buscar una unidad, pero luego me percaté que lo acribillaron a tiros”.
“Él estaba de permiso porque se había fracturado un dedo. El miércoles se fue a presentar, pero cuando el médico lo examinó, le dijo que así no podía trabajar y le mandó reposo. Ese mismo día se vino y llegó a las 5:00 de la mañana y 20 horas después lo mataron”.
Explicó que Araujo Montero se graduó en la promoción 85, del año 2005, trabajó en la sede del Ministerio de Tierras en Caracas, tres años y luego lo cambiaron al Destacamento de Seguridad Urbana, Guardia del Pueblo en el estado Miranda.
“Él trabajaba diez días, descansaba y cuando salía de permiso se venía a compartir conmigo”.
Araujo Montero estaba planenando trabajar como escolta para el Ministerio de Tierra en Lara. “Él quería venirse a vivir a Barquisimeto, conmigo, por eso compró el arma. ¡Ay que tristeza! Primero murió mi hija de un infarto y ahora mi esposo, ¿por qué lo matarían tan feo? ¡Dios mío!”
Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas llegaron al sitio del suceso e iniciaron las averiguaciones.
En hora de la mañana detuvieron a dos hombres, presuntamente uno de los que disparó y otro que cargaba la pistola robada al guardia, la cual fue recuperada.
En horas de la tarde una comisión de la guardia conformada por más de 30 hombres desplegó un fuerte operativo en la zona en busca del resto de los implicados en el crimen, pero no lograron detener a nadie.
La esquina en la cual asesinaron a Araujo Montero es una calle desolada, sin alumbrado público y la vía es angosta, sólo dos canales.
Alcides Lánder, quien vive a pocos metros de donde ocurrió el crimen, comentó que ese sector es zona roja las 24 horas del día.
“Por aquí atracan a cualquier hora del día, en la mañana, tarde y de noche es peor. No entiendo cómo una persona se detiene en esta esquina, si no hay alumbrado, eso es un gran peligro”.
Agregó que la policía pasa algunas veces por la calle principal, pero no es constante ni se meten a los sectores cercanos.
“El patrullaje policial tiene que ser constante y por todos los sectores y calles del barrio, porque pasando solamente por la calle principal no van a acabar con el hampa. Ellos se esconden en los lugares más remotos”.
