Ayer, la Asociación de Escritores del estado Lara (Asela) celebró el Día del Libro y el Idioma en el Museo de Barquisimeto.
Poetas, dramaturgos, novelistas, ensayistas, intelectuales y seguidores de la palabra fueron convocados al encuentro donde se bautizaron tres obras literarias.
Presentaron un par de reediciones para gozo del lector larense. Se trata de El Parque, novela breve de Salvador Garmendia e Imágenes en los espejos del tiempo, poesía reunida de Alfonso Jiménez. También salió a la palestra La huella infinita, de Edgar Benítez.
Legado de Salvador Garmendia
Yeo Cruz, crítico literario, manifestó que El Parque es un tesoro de la literatura venezolana. Salvador Garmendia ambientó la historia en el Parque Ayacucho. Tenía 17 años cuando la escribió.
Indicó que en esta novela breve se aprecian los primeros indicios del autor para abordar el tema de la soledad.
“Esta publicación completa la historia literaria de mi tío Salvador, quien dedicó toda su vida a escribir”, dijo la también autora, Mariela Garmendia.
Sostuvo que otro familiar, Omar Garmendia, rescató el relato para hacer posible este proyecto.
Con entusiasmo, declaró que la familia Garmendia es fiel a la lectura en momentos de crisis o felicidad. Todos siguen la obra de Aquiles Nazoa. De hecho, agregó, a Nazoa dedicó el dramaturgo El Parque, que concibió cuando se recuperaba de una tuberculosis.
Escritura libre y sincera
Del maestro Alfonso Jiménez, presidente de Asela, llegó la segunda entrega de su primer poemario, Imágenes en los espejos del tiempo. Hay siete versos adicionales.
Cruz al describir esta obra apuntó que el profesor configura una trilogía simbólica.
“Las imágenes porque recogen metáforas en los estados humanos de reflexión, sensación y sentimiento. El espejo, un elemento que a decir de otro grande, Hermann Garmendia, tiene la función de reflejar imágenes convertidas en ideas para ser puestas en práctica. Y el tiempo es el padre eterno donde se posan las acciones humanas”, explicó.
Equilibrio poético
En la emotiva jornada también llegó la primera edición del poemario La huella infinita, de la pluma del psiquiatra y autor Edgar Benítez. Cruz sostuvo que el trabajo de Benítez está marcado por la reflexión. La catedrática Garmendia acotó que es equilibrio poético.
Benítez tomó la palabra para agradecer la “implacable persecución” de Jiménez, quien lo motivó a ser parte de la gran familia de Asela.
Crece la institución
Tras el bautizo, la directiva de Asela juramentó a Mariela Garmendia, Omar Garmendia, Gil Almeida y Ángela Palacios como nuevos miembros.
La ocasión también fue propicia para disertar sobre el futuro de libro impreso ante el eBook. El intelectual Miguel Azpúrua Esnal reiteró que el formato impreso “nunca morirá”.