El maleficio del ballenato
Juan Rolando Saldivia
Haciendo una retrospectiva de todos aquellos factores insidiosos, dañinos, destructivos, socavadores de la célula fundamental de la sociedad no ha habido uno más emblemático que el ballenato en toda su expresión.
El es la mejor justificación de todos los antivalores que podamos imaginarnos, empezando por hacerle sentir a la persona que lo oye que es una piltrafa humana ante un problema emocional prácticamente creado por el mismo, encargándose el ballenato de llevarlo a niveles de súplica, arrastrándose como una vulgar lombriz ante el ser al que procura su amor, su perdón, una pírrica sonrisa o lastimosa mirada. El obliga a quien lo oye a alimentar la negatividad justificándolas ante la presencia de dos amores a los cuales no quiere hacerle daño pero, lo estimula a que continúe así porque ya es muy tarde (ellas tendrán que seguir viviendo con un mismo hombre) y ¿cómo afecta a uno o a los dos hogares la actitud berraca del macho incitado por el libertinaje manifiesto del ballenato?, creyendo que porque lleva una caja de comida ya está autorizado a perderse el fin de semana con sus amigos del alma donde les cuenta sus últimas incursiones en la vida amorosa de las mujeres oyendo en cualquier lugar en la maletera de un carro la letal música que adormece los valores de nuestra sociedad, sentados en las respectivas cajas de licor (cerveza, ron, cocuy, chimeneau) y los mas acomplejados su respectiva cava con hielo y su vaso de whisky dejando pasar el tiempo mas valioso que podría invertirse en su familia (en sus hijos, en su esposa, en sus seres queridos), en ese apoyo tan deseado y esperado colaborando en labores del hogar, en sentarse a la mesa junto a todos y compartir humildemente una comida, en oír las preocupaciones, inquietudes, dudas de sus hijos en fin el tiempo es importante pero mas lo es la prioridad el que de el hagamos.
Pecaría de cobarde si no grito a todos los vientos enderecemos el timón de nuestras vidas y volvamos a participar verdaderamente como padres, madres e hijos en nuestros hogares no permitamos que se pierda por la subliminal tendencia de esa música destructiva que promulga el abandono, la inconstancia, la venganza, incitando siempre a la pareja a la mea culpa. El binomio licor mas música de antivalores, dispara la irracionalidad del ser humano, llevando a la mínima expresión la capacidad de comprensión, de amor filial, de lo mas hermoso que tiene el ser humano (la bondad, la sinceridad, la responsabilidad, la constancia, la entrega de comprensión, la fidelidad y esta ultima es la más afectable).
Jamás de los jamases he podido oír valores que realcen al ser humano a través de las canciones de ballenato y es por eso que lo que siento también millones de venezolanos y/o extranjeros que convivimos en nuestra Venezuela no queremos que siga ocurriendo, no hay necesidad de estimular la adrenalina por la vía del consumismo desenfrenado de alcohol ahunado a música llena de antivalores dañinos hasta la mas profundo al ser humano.