Durante unos cuantos minutos, en un hecho que pareció surrealista, una docena de palabras en Twitter hizo que el mercado bursátil más poderoso del mundo se tambaleara.
Tan pronto como los ciberpiratas enviaron un tuit, tras irrumpir en la cuenta de The Associated Press, para reportar falsamente que habían ocurrido explosiones en la Casa Blanca el martes, los inversionistas comenzaron a deshacerse de sus acciones. En total, vendieron 134.000 millones de dólares en su reacción frenética.
Ello daría la impresión no sólo de que algunos inversionistas son demasiado crédulos, sino de que pueden vender títulos con una rapidez asombrosa.
La realidad es que buena parte de esos inversores no eran humanos. Se trató de computadoras que vendieron en una suerte de piloto automático, más allá del control de las personas, como en una escena de una película que combinaba el terror con la ciencia ficción.
“Antes de que pudieras parpadear, todo estaba consumado», dijo Joe Saluzzi, cofundador de la firma Themis Trading y crítico vehemente de las operaciones que se realizan a alta velocidad mediante computadoras. “Con la gente, no podrías tener este tipo de reacción».
Durante décadas, las computadoras han analizado datos y noticias para ayudar a que los fondos de inversiones decidan cuándo comprar o vender títulos. Pero ésa es la vieja escuela. Ahora, los programas «algorítmicos» de transacciones indagan en datos, noticias o incluso tuits, y ejecutan operaciones por sí mismos, en fracciones de segundo y sin la interferencia de los lentos humanos. Más de la mitad del comercio bursátil se realiza diariamente de esta forma.
Los mercados se recuperaron rápidamente después de la caída del martes. Pero el incidente estremeció a los corredores y puso de manifiesto el peligro de ceder el control a las máquinas.
“Es fácil sembrar un rumor falso en la situación actual de las máquinas», consideró Irene Aldridge, consultora de fondos de riesgo sobre programas algorítmicos, quien imparte clases de transacciones computarizadas en la Universidad de Nueva York. Aldridge advirtió que la mayoría de los programas de transacciones que leen noticias sólo cuentan el número de palabras consideradas positivas y negativas, sin filtro alguno.
Los reguladores se han quejado de que estos programas de transacciones les dificultan garantizar que los mercados no salten o caigan por información errónea.
Hay todavía un velo de misterio sobre los detalles de lo ocurrido el martes.
Algunos expertos dicen que las computadoras reaccionaron ante la pausa que se tomaron los humanos en las compras de títulos para digerir el tuit falso. En el mundo de transacciones enloquecidas en Wall Street, una pausa de los humanos, aunque sea de un segundo, habría advertido a las computadoras que las compras se habían frenado y que los precios estaban por caer. Así, las computadoras debían lanzarse a vender acciones con rapidez.
Otros, como Saluzzi, consideran que las computadoras dieron por cierta la información del tuit. Ello es posible, porque los creadores de los programas de transacciones buscan cada vez más que éstos lean noticias y otra información, incluida la difundida en Twitter, y reaccionen ante ello.
Ron Brown, jefe de Elektron Analytics, una unidad de Thomson-Reuters que vende cúmulos de noticias legibles para las computadoras, dijo que tan sólo las palabras “explosiones» u “Obama» difícilmente hubieran desencadenado las ventas. Pero al añadir “Casa Blanca», cualquier computadora habría reaccionado.
Brown dijo que su servicio no incluye Twitter en sus fuentes de noticias porque hay demasiado “ruido» inútil en el aluvión de mensajes. Además, ante la limitante de 140 caracteres por cada tuit, se suele carecer de contexto para interpretar la información.
Antes de que el tuit con información falsa apareciera el martes, la sesión lucía bastante normal en Wall Street. Reportes inesperadamente sólidos de ganancias por parte de Netflix y DuPont provocaron un alza de 1% en el Standard & Poor’s de 500 acciones, el cual se ubicó en 1.578 puntos. Faltaban tres horas de la jornada bursátil.
Pero a la 1:08 de la tarde (1700 GMT), un tuit apareció en la cuenta de AP, de la que habían tomado control los ciberpiratas. El mensaje señaló que dos explosiones en la Casa Blanca habían lesionado al presidente Barack Obama. Inmediatamente, las acciones comenzaron a caer, y siguieron haciéndolo por un par de minutos.
La AP anunció rápidamente que su cuenta había sido «secuestrada» y que la información era falsa. Los precios comenzaron a subir de nuevo.
Un grupo denominado Ejército Electrónico Sirio se dijo responsable por la irrupción en la cuenta. Su afirmación no se ha corroborado. El FBI ha abierto una investigación sobre lo ocurrido, dijo su vocera Jenny Shearer.
Independientemente del responsable, el daño fue tremendo. El Dow Jones perdió 143 puntos, el 1%, en apenas dos minutos. Durante la oleada frenética de ventas, cayeron los precios del petróleo. Asimismo, subió el oro, se incrementó el dólar y el precio de los bonos del Tesoro, considerados por muchos inversores un refugio en situaciones de tensión. En consecuencia, los rendimientos de los bonos cayeron momentáneamente a su nivel más bajo del año.
Algunos profesionales de Wall Street se mostraron sorprendidos de que un solo tuit pudiera mover tanto a los mercados.
Julian Bridgen, socio administrativo de la consultoría Macro Intelligence 2 Partners, dijo que el desplome dio cuenta de un ambiente «inestable» en las transacciones, dominado por inversionistas dispuestos a comprar o vender rápido sin mucha reflexión de por medio.
“Para mí, esto es indicador de un mercado muy peligroso», advirtió.
Aunque las acciones se recuperaron posteriormente, los inversionistas han estado en vilo recientemente.
Tanto el S&P 500 como el promedio industrial Dow Jones cayeron 2% la semana pasada, su mayor decremento semanal en cinco meses. Los inversionistas reaccionaron al lento crecimiento económico en China, a la baja en los precios de las materias primas y a una serie de reportes financieros mixtos de las grandes empresas estadounidenses. Una medida sobre los probables movimientos futuros en el mercado bursátil, conocida como índice del temor o VIX, saltó 40% en un momento de la semana anterior.
Los atentados en el Maratón de Boston se sumaron a los temores.
“La gente busca una razón para vender, y (el martes) llegó en forma de un tuit falso», dijo Adam Sussman, jefe de investigación en la firma Tabb Group. «Desde luego, una vez que se percataron de que era falso, volvieron a comprar o suspendieron las ventas».
Pero Sussman considera que los seres humanos desempeñaron sólo un papel menor en la caída de las acciones. Dijo que la mayoría de los inversores profesionales tiene demasiado conocimiento como para lanzarse a vender por un tuit.