Las coloridas y atractivas hamacas de Tintorero también pasaron a engrosar las listas de artículos que por depender sus materias primas del extranjero se convirtieron en un lujo no apto para todo público.
Hasta hace pocos meses los expendedores de las mismas podían ofrecerlas, igual que otros tejidos, a precios accesibles para todos, pero luego de las últimas devaluaciones del bolívar la situación cambió negativamente.
Por ejemplo, una hamaca grande cuyo precio al público estaba en 380 bolívares, esta semana se vende en 700, explicaba la encargada de una de las tiendas del poblado.
Las razones las explicó muy claro José Mendoza, miembro de una de las reconocidas familias de artesanos de Tintorero.
“Anteriormente nosotros comprábamos el kilogramo de hilo en 25 ó 30 bolívares y la última compra la hicimos a 55, pero existe la amenaza de que en la próxima subirá a 65 y no sabemos qué hacer con esos precios porque tenemos que cargárselos al consumidor”, explicó Mendoza, facturas en manos.
Indicó que como en Venezuela no se produce el tipo de hilos que se utiliza en los tejidos que elaboran en Tintorero, tienen que importarlos de España, Colombia, Brasil y hasta de China.
“Los mejores son de España y los peores de China”, puntualizó.
En Tintorero funcionan unos 60 talleres, grandes y pequeños, donde se elaboran hamacas y otros tejidos tan solicitados por los visitantes, sobre todo quienes proceden de otras entidades.
Considera Mendoza que para los pequeños resulta más dificil la elaboración de esos poductos pues, por carecer de recursos suficientes, deben limitarse a adquirir sólo uno o dos colores.
-¿Cuál sería la solución?
-Ya que en Venezuela no existen fábricas de hilos, que el gobierno se decida a hacer algo por nosotros, importando directamente esa materia prima que necesitamos y poniéndola a bajos precios para que de esa manera nosotros también podamos vender más barato, respondió.
Recordó este artesano que Tintorero es considerado un poblado turístico del estado Lara y por ello las corporaciones turísticas oficiales, regional y nacional, deben tomarlo en cuenta y gestionar el suministro de la materia prima, en este caso los hilos, para que esa industria local no desaparezca.
Igualmente recordó que hace algún tiempo alguien desde el gobierrno ofreció la instalación de una planta procesadora de hilo capaz de abastecer las necesidades de los artesanos, pero todo se quedó en promesa incumplida.
Hizo un llamado a quienes están dedicados a esa labor a unirse para así tener mayor fuerza a la hora de exigir del gobierno Nacional acciones que les beneficien.
“Pero que lo hagamos pensando en Tintorero y no metiendo la política que en nada nos ha beneficiado; por el contrario, a veces obliga a pensar que nos ha perjudicado”, afirmó.