El primer objetivo está cumplido. La selección de Venezuela, gran sensación, abrochó su pasaje para el mundial sub17, a realizarse este año en Emiratos Árabes, y ahora le apunta al título del Suramericano que se disputa en suelo argentino, pero debe vencer en la jornada final, nada menos que al representativo anfitrión.
La oncena de Rafael Dudamel oficializó su pase al mundial en la jornada anterior, gracias al empate cosechado ante Uruguay, con un gol en los últimos finales del crack Andrés Ponce, y la derrota de Paraguay ante los argentinos, lo que le dejó con una ventaja definitiva, con una jornada por disputar.
Gran logro, sin duda. Pero Dudamel y los suyos no dan por terminada su participación. Al alcance está la posibilidad de cargar con el título suramericano, algo que, lógicamente, no se ha logrado, y tratará de amarrarlo.
Eso sí, no depende de sí misma. No le basta sólo con ganar, sino que debe ligar un traspié de Brasil, que juega con Paraguay, o que al menos, si logra triunfar, no sea con mucha diferencia.
Venezuela tiene ocho puntos y está nivelada con Argentina y Brasil, pero la albiceleste aparece en la primera casilla por mejor diferencia de goles. La Vinotinto, en tanto, marcha en la segunda plaza y tiene la misma diferencia que brasileños (+2), pero ha marcado más goles (5 contra 4).
La tropa de Dudamel necesita ganar por la misma diferencia que lo haga Brasil, si es que este último equipo logra imponerse a la oncena guaraní.
El caprichoso calendario quiso que el duelo final de Venezuela fuera ante el anfitrión Argentina. Ambos equipos llegan con el pase en el bolsillo, pero no por ello pierde sabor. En las filas venezolanas hay deseo de ganar, sed de revancha, porque la única derrota que tiene en el torneo fue ante la albiceleste y en un partido polémico, que tuvo un arbitraje para el olvido, decisivo en aquel resultado de 3-0.
En esta oportunidad, los venezolanos esperan que el juez principal esté a la altura y deje en los equipos la misión de demostrar en cancha cuál es el mejor.
“El fútbol siempre te da revancha, en ese partido nos lo robaron los árbitros, ojalá el domingo haya buen arbitraje y sea un partido de tú a tú para demostrar quien tiene mejor fútbol”, destacó Andrés Ponce, la gran figura del representativo criollo y que, lucha adicional, trata de quedarse con el trofeo al máximo artillero del certamen.
Argumentos sobran en el bando venezolano y nadie tiene la duda de que puede frenar al equipo argentino, que, aunque está de primero en la tabla, no tiene nada del otro mundo. Es decir, es un rival accesible, mucho más para una selección venezolana que ha demostrado garra y corazón, mucha jerarquía, y ha sabido reponerse ante situaciones adversas.
El título está al alcance. Y la Vinotinto quiere rematar su faena con broche dorado.