El pase está embolsillado. Venezuela asistirá a otro mundial, esta vez en la categoría sub17, gracias a la gesta del seleccionado dirigido por Rafael Dudamel. Tocó sufrir contra Uruguay, en un partido complicado –fiel a los pronósticos-, pero un gol de Andrés Ponce, figura indiscutible del elenco, salvó los papeles a 10 minutos para el pitazo final y propició un valioso empate 1-1 en el estadio José Gilberto Funes de San Luis, durante la quinta y penúltima jornada del hexagonal final correspondiente al Suramericano sub17 (Argentina).
No clasificó la Vinotinto de manera automática con el resultado. Tenía ocho puntos, pero, por cuestiones matemáticas, no era suficiente. Entonces tocó esperar hasta el final de la jornada, en expectativa con el resultado de Paraguay, que cayó derrotado ante Argentina y quedó a una distancia imposible de recortar con una jornada por jugar.
Venezuela está en la parte alta de la tabla, nivelado en puntos con Argentina y Brasil, y es inalcanzable para Paraguay (3) y Perú (0). Por ende, tiene asegurado uno de los cuatro cupos que se disputa en el actual suramericano.
Esta selección criolla se une a la sub20 de 2009, la sub17 femenina de 2010 y la selección de fútbol playa.
Ponce apareció de nuevo con su pierna salvadora para marcar un determinante gol en la recta final del partido y empujar a Venezuela al crucial empate. Ese gol, que afianzó al zuliano en la cima de la tabla de artilleros, llegó al minuto 80, tras una gran jugada individual de Eduardo Maceira, y sirvió para nivelar la pizarra cuando la desesperación parecía apoderarse del bando vinotinto, que perdía desde el minuto 40, castigado por un gol de Franco Acosta.
A la oncena criolla le tocó sufrir como nunca ante un combinado charrúa que impuso su físico en la marca y presionó en todos los costados de la cancha, amén de que aisló a Ponce de los creativos y de su socio Ronaldo Peña, salvo en la jugada del gol.
Venezuela empezó bien, con mucho ritmo en tres cuartos de cancha, y empeño en atacar por la banda derecha, en la que había un lateral uruguayo que no era rápido y perdió al menos tres duelos con José Caraballo. Pero de a poco perdió claridad y comenzó a utilizar el pelotazo, sin obtener resultados positivos. Controlaba bien atrás, con mucha solvencia, pero al tener el balón no encontraba la fórmula para hacer daño.
Y llegó lo inesperado. Un fallo en defensa dejó las puertas abiertas del arco a Uruguay y el delantero Franco Díaz no desaprovechó para poner al frente a los suyos. Verdadero balde de agua fría, pero había tiempo para buscar al menos el empate.
En el segundo tiempo, pese a las variantes introducidas por Dudamel, no logró mejorar mucho, hasta que apareció una genialidad de Maceira, que venía del banco, con un sombrerito y una gran asistencia, para habilitar a Ponce y mover la pizarra.
Gol para la historia. Una vinotinto sublevada que alcanza la clasificación mundialista y que no se conforma con eso, sino que va por el título suramericano.
