Reflexiones en positivo
Reflexiono sobre la cantidad de acontecimientos que en tan pocos días se han materializado y que me llegan por las redes sociales, información boca a boca y de los medios de comunicación social que me permiten enterarme de lo que sucede en tiempo y espacio.
Para llevar mis inquietudes creo en un hecho que en su oportunidad, una inmensa mayoría de ingleses crearon una compañía para satisfacer las necesidades de servicios de alimentación, seguridad, salud, educación, vialidad, etc, de su población interna y si les sobraba oferta podían satisfacer esos servicios a otras poblaciones; es aquí en donde en forma empírica creo que surgió la comunidad económica inglesa.
En una oportunidad se dejó de cumplir por parte de los directivos de la sociedad y se desvió del objetivo principal, por lo que hubo asociados que exigieron el cambio de su directiva; este hecho generó conmoción social interna y conmoción social externa, hasta el punto de provocar que alguien a quien posteriormente llamaran fascistas declarara una guerra que cuando yo estaba muchacho le pusieron el remoquete de Segunda Guerra Mundial, pero como en esta historia novelada siempre tiene que aparecer un salvador único, para resolver esa crisis banal de un continente, que mi maestra me aplazó en la pregunta, se llamaba Europa y que ese salvador tenía la solución para salir de la mala directiva, de la mala administración y que para llevarle el bienestar a todo el mundo había que implementar el comunismo puro y refinado, sin importar la cantidad de genocidios que se pudieran cometer.
Históricamente por allá en 1810, me contaba la maestra que unos muchachos nacidos en la Capitanía General de Venezuela, hijos de españoles y que como tal tenían la doble nacionalidad, se le habían alzado al Rey de España (si era que existía), habían logrado sin elecciones ni conteos de valor hacer una declaración de independencia, de tal manera de no seguir calándose la melodía de comer callos a la madrileña, paella a la valenciana, pulpo a la gallega y de esta forma tener la verdadera autorización de disponer el comer el pabellón criollo con baranda, carne en vara a la llanera, pizca andina, pastel de morrocoy y mañoco con picante.
Estas dos narraciones históricas las recordaba en estos días, cuando a lo mejor un historiador de muy buena pluma, por su condición de pájaro llamado Condorito, asesoró a quien logró tener la oportunidad de darnos una conferencia a venezolanos, representantes extranjeros e invitados especiales y pare de contar aquello que si bien no entienden el castellano si saben y conocen lo que es una cantinflada en lo político, económico, religioso y en lo social, de cómo se ha manejado el mundo.
Después de reflexionar, miré el reloj y era la hora del almuerzo por lo que pregunté qué hay y la respuesta fue excelente, una cadena nacional de ofrecimientos que los nuevos españoles llamaron el garrote y la zanahoria, es decir, para el que no esta de acuerdo será tratado con dureza, haciendo de lo escrito en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, letra muerta y quien este de acuerdo que viva el despilfarro, la anarquía, la intolerancia, la injusticia y todos los “in”, que se puedan presentar para tener un rumbo cierto del país.
Los refranes plasman la historia de acontecimientos de la humanidad y cuantas veces hemos oído aquel que dice: “la oportunidad la pintan calva”, tal vez utilizando el buen juicio, buscando asesores que tengan los pies en la tierra, que vivan el presente y el futuro sin olvidar el pasado real y no histórico novelado que puedan permitir decisiones que le hagan salir pelos a esa calvicie.
Unidos todos por la producción nacional.
@JGmendozabgto
