Las numerosas familias sin posibilidades para disponer de una vivienda propia que hace algunos años ocuparon un lote de terreno al norte de Sarare pensaron que con el transcurrir del tiempo disfrutarían de todos los servicios que el Gobierno está en la obligación de ofrecerles.
En principio la barriada fue conocida como El Rayo y posteriormente pasó a llamarse Gloria de Lara, dividida en dos sectores.
Si bien, gracias a las luchas adelantadas por los vecinos, con los dirigentes vecinales a la cabeza, les dotaron de algunos servicios, entre ellos electricidad, aún están padeciendo por algunos de los más indispensables.
“Aquí no tenemos agua por tuberías, sólo recibimos un poco por los camiones cisternas y como no nos han beneficiado con los programas de los tanques azules debemos guardarla en cualquier perol, aunque no sea muy saludable”, manifestó María Margarita García, una vecina.
Pidió que desde laAlcaldía de Simón Planas o la Gobernación los apoyen para tener una vida digna.
Pero en Gloria de Lara uno también siguen esperando por el arreglo de las calles, que cuando llueve se convierten en enormes barriales por las que nadie puede pasar, a menos que lo haga en caballos o vehículos a doble tracción.
También necesitan con urgencia un puente peatonal para pasar al otro sector, denominado Siete de Octubre o la Corteza.
Guilmaris Aldana y Critsabel Paredes, quienes allí residen, dijeron que son setenta familias esperando por ayuda oficial.
Se refirieron a la necesidad del puente peatonal para cruzar el buco y de paso la canalización del mismo para evitar inundaciones de las viviendas más cercanas.
“Ese buco es una amenaza y cuando llueve nadie duerme en el barrio por temor a que se despierte nadando o arrastrado por la creciente”, afirmó Guilmaris.
Aldana y Paredes también exigieron la dotación de tanques para almacenar el agua que les debe llegar en camiones cisternas de la alcaldía o Hidrolara.
Pero en Gloria de Lara, El Rayo, 7 de Octubre, La Corteza y otras barriadas del norte de Sarare también tienen problemas con el suministro de gas doméstico que es muy irregular.
Cuando llega un camión con las bombonas cada vecino sale a la carrera para ver si tiene la oportunidad de llevar el producto a su casa, o de lo contrario deberá esperar unos cuantos días.
