Disponible en el mercado desde octubre de 2001, a Windows XP le queda un año de soporte, después de lo cual caerá en manos de los ciberdelincuentes.
Dentro de un año, el 8 de abril de 2014, Microsoft pondrá fin al soporte de Windows XP, lo que significa que todos los clientes que decidan seguir utilizándolo tendrán muchas más posibilidades de sufrir un ciberataque, o multitud de ellos.
El fin de soporte supone que Microsoft dejará de lanzar parches de seguridad, de forma que cualquier vulnerabilidad descubierta a partir de esa fecha, no se corregirá, y podrá ser explotada impunemente por los ciberdelincuentes.
A pesar de que sólo queda un año para que esto ocurra, Windows XP sigue estando presente en el 38,7% de los ordenadores, según datos de NetMarketShare. Hace tiempo que Microsoft dijo a las empresas que migrar de Windows XP a Windows 7 puede llevar entre 18 y 32 meses, de forma que son muchas las empresas que ya llegan tarde y se exponen no sólo a infecciones, sino a robo de datos o corrupciones de equipos.
Por otro lado, y dejando los problemas de seguridad de lado, la consultora británica Camwood, ha realizado un estudio en el que calcula que las empresas con acuerdos de garantía de software tendrán que gastar unos 200.000 dólares al año para conseguir soporte para Windows XP, que no sería el oficial de Microsoft, una cifra que alcanzaría el medio millón de dólares si no se tienen dichos acuerdos de software.
La misma consultora dice que el 82% de las empresas del país utilizan Windows XP, y que sólo el 60% de las mismas han empezado a migrar hacia otras versiones del sistema operativo. Es más, uno de cada cinco profesionales de tecnologías de la información en Reino Unido planean seguir utilizando Windows XP a pesar de los riesgos que ello implica.
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