Como si fuera un vertedero de basura a cielo abierto, las carreteras que conducen de El Trigal hasta El Placer, y desde el Central Río Turbio hasta Marazul, se encuentran atestadas de desechos sólidos.
En estos lugares no tan poblados, las condiciones son propicias para depositar cualquier desperdicio: No pasa el aseo, hay pocas casas y de noche no existe alumbrado público.
No obstante, estos sectores no son los únicos inundados de basura, afirmó Daniel Rodríguez, residenciado en el caserío El Placer, quien frecuenta estos sitios, adicionando que se ve con frecuencia, incluso a vecinos arrojar toda clase de desperdicios: basura residencial, cauchos, muebles y un sinfín de objetos inundan estos tramos.
Destacó que si bien existe poca o nula conciencia ciudadana, tampoco la Alcaldía de Palavecino, ha emprendido una campaña que promueva la limpieza y la conservación de estos espacios, agregando que durante la gestión de Richard Coroba, se ha visto en una sola oportunidad la limpieza de esta vía, decretada por el Ministerio de Turismo: Ruta Gastronómica de Lara.
Basura en cada esquina
Pero no solamente la zona rural de Palavecino está inundada de basura, la situación se multiplica en las urbanizaciones y sectores populares de la parroquia José Gregorio Bastidas, en donde la frecuencia de los camiones del Aseo Urbano es deficiente.
Rosemary Álvarez, vecina de La Piedad, declaró que anteriormente el aseo pasaba tres días a la semana, “ahora la frecuencia es de una vez al mes”.
El mal olor impregna gran parte de los sectores más populosos, en donde bolsas con gusanos y moscas, se adueñan del lugar, además de escurrir lixiviados tóxicos por doquier.
Hace pocos días, antes de la Elección Presidencial, la Alcaldía de Palavecino, recibió de la Vicepresidencia de la República, dos unidades compactadoras de basura, para sumar 13 camiones en la flota, lo que supone que la crisis en la recolección de los desechos sólidos en el municipio desaparecerá.
Para Juan Pablo Rodríguez, vecino de la parroquia en cuestión, la incorporación de dos camiones de basura a la flota, fue un simple show político para la compra de conciencias, pero en el fondo la crisis es gerencial.
A finales de 2011, la Alcaldía recibió del mismo organismo nacional, cuatro unidades compactadoras, que presumían el fin de un largo trance sanitario que comprometía la salud de los palavecinenses, pero no ocurrió.
Otro de los inconvenientes de la ausencia de luz es la inseguridad. Apenas se va la claridad, delincuentes aprovechan para despojar de sus pertenencias a quienes pasan por la calle, en especial los estudiantes de las universidades apostadas en Tarabana, Chucho Briceño y La Mora, que sin poder interferir, trabajadores y conductores no se detienen a ayudar, por temor a ser víctimas mortales.