El jueves en la noche, luego de largas horas de deliberación, el Consejo Nacional Electoral decidió auditar el resto de las mesas que no lo fueron el dìa 14. En su lenguaje y con sus condiciones, fuè lo que el rector Vicente Dìaz planteò la misma noche de la elección, lo que Capriles pidió y a lo que Maduro había dado la bienvenida en su discurso tras el primer boletín para después retractarse. Lo que pidieron millones en los cacerolazos y decenas de miles en las marchas pacìficas a las oficinas regionales del CNE el martes. Lo mismo que negaron esa noche, en declaraciones políticas de dirigentes del oficialismo, en intervenciones pùblicas y discursos, en la reunión del canciller con el cuerpo diplomático. Lo que calificaron como un “golpe de estado fascista”.
De inmediato, Henrique Capriles aceptò la decisión del CNE, sin perjuicio del ejercicio de sus derechos y los de los electores ante otras instancias. “Hoy queremos felicitar a nuestro pueblo. Esta ha sido una lucha heroica, una lucha por la verdad y en ella, los venezolanos han tenido que sortear todos los obstáculos impuestos desde el gobierno. Hoy, hemos avanzado, la respuesta del CNE demuestra que hemos dado un paso adelante.” Dijo, en una intervención a las 10.45 de la noche.
De esta semana, el liderazgo de Henrique Capriles ha salido fortalecido porque se dirigió al país con propiedad y responsabilidad, y, no obstante ser el proclamado ganador por el CNE, la figura de Nicolàs Maduro debilitada, porque sus intervenciones estuvieron frecuentemente fuera de tono, desubicadas y mostraron escasa comprensión de las circunstancias y de su papel en ellas.
Con relación a la elección del 7 de octubre, la abstensiòn apenas aumentò. Muy poco. Lo significativo es que cerca de ochocientos mil venezolanos que entonces prefirieron a Chàvez, ahora optaron por Capriles. La tarjeta de la Unidad, la de la manito que es el símbolo de la Mesa de la Unidad Democràtica, es la primera en la historia de Venezuela que supera los siete millones de votos.
La breve campaña electoral presidencial, convocada a la medida de la aspiración de garantizar que el poder quedara en manos de quienes lo vienen detentando, estuvo marcada, como todas las de estos años, por un ventajismo que carece de precedentes en nuestro país. Tal Cual del fin de semana resumió en su titular de primera para el artículo de Alonso Moleiro “El peculado de uso se encampañò”.
El secreto del voto salió fortalecido. Fueron muchos los empleados públicos y beneficiarios de programas sociales que, a pesar de la amenaza, votaron como quisieron. “Sòlo Dios sabrà por quien votamos” dijo el Cardenal Urosa. Y es asì.
Salga lo que salga de la auditorìa del CNE, el nuevo Presidente habrá ganado por un margen estrecho, lo cual pone de relieve lo que siempre es el deber del Jefe del Estado y ahora es una necesidad política perentoria, debe ser un líder para la reconciliación, un mandatario de todos y para todos, capaz de convocar a la unidad por encima de las diferencias que obviamente existen. El viernes 12, en la Universidad Catòlica Andrès Bello de Caracas, màs de cien personalidades asì lo plantearon desde un encuentro denominado “Diàlogo y Convivencia Cìvica”.
DE AQUÌ EN ADELANTE
Polìticamente hablando, el país està en dos mitades que deben reconocerse y respetarse. Social y económicamente, Venezuela tiene enormes problemas cuyos efectos no distinguen color político. Violencia terrible, inflación, escasez por falta de producción, pèrdida de puestos de trabajo y graves carencias en los servicios de electricidad y agua que no se deben a sabotaje ni “guerra” alguna. Fallas en la construcción de viviendas que se hacen màs y màs obvias cuando la propaganda se agota y un trabajo descomunal por hacer en salud y educación, para ponernos al dìa con la humanidad.
Sin lo primero, es decir, sin la conciencia política, lo económico y social nunca será agenda sino el acoso multiforme de la realidad desatendida.
Lo que ha comenzado en el CNE puede ser muy valioso, pero no puede quedarse ahì. Lo ocurrido en la Asamblea Nacional es inadmisible. No es solamente una cuestión de respeto por el adversario, sino de acatamiento a la Constituciòn. La violencia en el hemiciclo, patrocinada por la conducta del Presidente de la Asamblea, hace sonar todas las alarmas. Todas.
La elección de nuevos rectores del CNE y nuevos magistrados del TSJ no puede estar marcada por la hegemonía partidista. Despuès del 14 de abril Venezuela es otra, pagaríamos muy caro si no nos damos cuenta.
RINCÒN DE LIBROS
Disculpen ustedes, pero me siento muy orgulloso porque la semana que viene, se presenta en Caracas Pro Religione et Patria, el trabajo acerca del tema Repùblica y Religiòn en la crisis de la sociedad colonial venezolana (1810-1834), publicado por la Academia de la Historia y la Universidad Metropolitana. Este primer libro del politólogo Guillermo Tell Aveledo Coll es una contribución al estudio de un aspecto relativamente poco revisado en nuestra historiografía. Con la misma suerte ha corrido, en el campo de los estudios políticos, el papel de los cristianos en la vida pùblica venezolana, al cual dediquè mi artículo del pasado sábado 13.
La disculpa, y el orgullo, se deben a que el autor es hijo de este cronista.