Hay un pabellón tricolor
que remonta mi emoción
me recuerda de que estoy hecha
y describe el recorrer de mis venas
con su criollo sabor.
Existen nueve letras
que representan una bandera
ardiente en mi interior,
es la de una patria bella
que a donde vaya,
llevo grabada
por siempre en el corazón.
Son ocho las estrellas que flamean
con utópico resplandor,
proclamando la libertad de una tierra
de ecléctica composición.
Esa que ampara en su seno
al justo y bueno, hombre honesto y trabajador,
aquel que nacido o no en este suelo
lo siente y defiende como suyo
respondiendo al fruto de la siembra
de tanto amor, con que lo rodeó.
Es también la que enarbolan
las mujeres de lucha y pasión,
obreras, profesionales y hogareñas
madres, esposas e hijas
de hombres de gran valor.
Esa pequeña Venecia
de la que alguien, ya mucho antes se enamoró,
la tierra de gracia que mestizó los colores y sazones
de quienes la amamos
con fulgurante ardor.
Es esa misma tierra que llora
al ver en sus laderas
tanta angustia y división
Venezuela entristecida
contempla en sus calles
la guerra y no la unión.
Soy venezolana! y me niego
a ver la muerte y el odio
con resignación,
haciéndose el plato cotidiano
entre hermanos de una misma nación.
Levanto mi voz
contra el agrio sabor de la zozobra y el temor
insuflando la mente y nublando la razón.
Resisto la ofensa con amor,
negocio paz a cambio de balas y dolor
propongo la reconciliación y aborrezco el rencor,
rechazo la desesperanza, la canjeo por fe en los planes de Dios.
Ese único Ser supremo que prometió
otorgar perdón al recibir arrepentimiento,
dar abundante bendición
cuando humillados entendamos todos,
que sólo en El está la solución.
Es tiempo mis hermanos venezolanos
de orar por reconciliación,
haciendo votos de justicia
y evocando al Todopoderoso,
a fin de salir de tanto estupor.
Creo en su palabra
antes que en la de cualquier hombre
sea cual sea su ideología y condición,
pues ella es Eterna, mientras que esta otra
tarde o temprano pierde su vigencia y valor.
Palabra de Dios bendita!
de la que mucha gente hoy se olvidó
y a otros nunca conoció,
mientras que algunos conociéndola
la olvidaron como si nunca para ellos existió.
y después nos preguntamos, ¿que pasó Señor?
Marcapasos quiere ser de Venezuela
si lo dejas tú y lo dejo yo,
guiando el destino de nuestra nación.
No es que el necesite nuestra aprobación
para mostrar su portentosa acción,
pero cierto es que no mueve un dedo
sin antes escuchar el clamor
de un pueblo que unido,
a una sola voz
lo reconozca como su absoluto Dios.
2do. Libro de Crónicas 7:14
…»Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra…»
Inspiración de Dios a su sierva Alba Camacho
twitter: @albacamacho25