#Opinión: Dictamen – Venezuela tiene nuevo líder Autor: José Ignacio Guédez

Más allá de los resultados electorales hoy cuestionados y a todas luces apretados, la primera conclusión que hay que sacar es que en Venezuela ya hay un nuevo líder político a poco más de un mes del vacío dejado por la muerte de Hugo Chávez. Aún en el supuesto de que Maduro hubiera ganado como dijo el CNE por tan un solo punto porcentual, queda claro que el autodenominado “hijo de Chávez” no pasa de ser una circunstancia, o como lo bautizaron el domingo. un “mientras tanto”. Maduro despilfarró en treinta días la herencia política más extraordinaria que alguien haya recibido alguna vez, dejando claro que si las elecciones se hubieran celebrado tan sólo una semana después su derrota sería inocultable. Nunca antes un candidato se ha desmoronado tanto en tan poco tiempo, a pesar de contar con todo el ventajismo institucional que le fue ilegítimamente donado. Los diez millones de votos prometidos no fue sino un delirio, teniendo que conformarse con un empate virtual que lo pone de entrada de tú a tú con el verdadero triunfador de este proceso, Henrique Capriles, quien sí aumentó su votación en tiempo récord y con mucho menos recursos. ¿Cómo explica Maduro que a cinco semanas de la muerte del “líder supremo”, la MUD sea la primera fuerza electoral del país superando ampliamente al PSUV? No fue con abstención que Capriles alcanzó a la revolución, sino que estamos hablando de algo aún más revelador, de cientos de miles de personas que votaron en octubre por Chávez y que ahora lo hicieron por Capriles. Por lo tanto, Maduro lejos de ser el nuevo líder de la revolución, es el culpable de haberla puesto en peligro con una campaña incoherente y vacía que espantó cada día a miles de seguidores de Chávez que ahora se refugian en Capriles. Por algo ya Diosdado y varios opinadores revolucionarios han llamado a la autocrítica y revisión ante el fracaso político evidenciado el domingo, al margen de la victoria forjada.
Por su parte, Capriles coronó una épica campaña con más de siete millones de votos superando su marca de hace cinco meses. Esto en el marco de unas circunstancias adversas como nunca se había visto. Hace apenas un mes varios “expertos” habían recomendado no participar en unas elecciones que lucían imposible de ganar, entre otras cosas por la falta de tiempo. Haber motivado en treinta días a todo el voto opositor y a un sector importante del voto chavista, es simplemente una hazaña electoral sin precedentes y digna de todo reconocimiento. Capriles ganó en ocho estados y en casi todas las capitales del país. Si hoy no es el presidente electo y constitucional de Venezuela, es sólo gracias al ventajismo atroz y el secuestro institucional que ante un escenario electoral tan cerrado hacen la diferencia en favor del Gobierno. Esto es justamente lo que responsablemente Capriles sigue denunciando con su petición de auditoría y reconteo de votos que ha sido respaldada por millones de venezolanos de forma pacífica a lo largo y ancho del país. Pero amén de esta protesta y el desenlace de esta etapa, ya Capriles se ha consolidado como un líder nacional de proyecciones insospechadas. Queda claro entonces que ya Chávez no está, que Maduro no da la talla ni para los revolucionarios y que Capriles sigue creciendo electoralmente y que ya a estas alturas representa a una nueva mayoría política en el país. Gobierna Maduro pero lidera Capriles, es cuestión de tiempo.
Si el pajarito se le apareciera ahora a Maduro no dudo que le diría en su idioma compartido que obtuvo una “victoria de mierda”. Nadie en el chavismo con dos dedos de frente puede estar satisfecho con un resultado que en cualquier caso augura el fin de la revolución. Pase lo que pase, ya no son mayoría y parece de “perogrullo” que seguirán en descenso mientras Maduro gobierne. Sigamos adelante confiados en el liderazgo de Capriles que bien se lo ha ganado. Estamos en nuestro mejor momento histórico, sería un pecado dividirse o desmotivarse. Cómo lo dijo el propio Capriles, “aquí hay liderazgo, allá no se sabe quien manda”. Sigamos hablándole y convocando al pueblo chavista para construir la Venezuela del progreso en beneficio de todos los venezolanos. Nada fue en vano, sigamos adelante. Llegó nuestro tiempo.
Caso cerrado, el dictamen final lo tiene usted.