En un recorrido por las calles barquisimetanas ayer en la tarde y la noche, constatamos que sentimientos encontrados vivían sus habitantes, en un día además especial para la historia venezolana, porque un 19 de abril del año 1810, un grupo de caraqueños se dirigió a la sede de la máxima autoridad local, desafiaron a las autoridades para que se fueran, porque ya no los querían como gobernantes, puesto que ese era un derecho de los nativos y no de un poder extranjero.
A las 2 de la tarde la gente respondió al salserolazo y cacerolazo convocado por la oposición durante la juramentación de Nicolás Maduro en diferentes puntos de la capital larense, desde el oeste hasta el este. Además en Cabudare, Quíbor y otros municipios se unieron a la protesta doméstica según reportes de los usuarios de la red social Twitter.
En la noche se repitió la operación, la cálida noche de un viernes feriado, se calentó aun más con los sonidos de las cacerolas alrededor de las 8 de nuevo en protesta por la toma de posesión de Maduro, mientras que en la calle 28 entre carreras 30 y 31, vecinos hicieron una vigilia por la paz del país, donde compartieron rezos, leyeron fragmentos de la Biblia, encendieron velas, colocaron flores e imágenes de santos, vírgenes y Cristo Jesús.