«Porvenir”. Al momento de escribir estas palabras, estamos al final de un día que para Venezuela, en política, durará seis años. Para nadie debe ser desconocida la realidad que enfrenta la nación; en la práctica, la polarización existente que se pone de manifiesto, es una inmensa división que hace necesariamente imprescindible un dialogo que conlleve a guiar los destinos de la nación hacia un futuro lo menos traumático posible.
La gran mayoría de la población demostró un indiscutible civismo que quiere la paz, el bienestar, el sosiego, la no violencia en todos sus órdenes, la probidad en la acción, la transparencia, la eficacia, la eficiencia, la responsabilidad y la rendición de cuentas. Por lo menos un porcentaje, muy, muy cercano al cincuenta por ciento (50%) de la población espera la restauración de la seguridad jurídica en el cumplimiento de los preceptos constitucionales y legales; tal cual fueron expresados por el espíritu, propósito y razón del legislador probo, en cada una de sus palabras; bajo conceptos tradicional e internacionalmente aceptados.
La situación actual es, innegablemente, difícil. Tenemos la obligación de apoyar la reactivación del aparato productivo privado. El Producto Interno Bruto nacional debe ser utilizado para intentar el logro de mejorar la calidad de vida de los venezolanos. Imperiosamente tenemos que superar los problemas de inflación, desabastecimiento, de las viviendas y de la inseguridad. Perentoriamente debemos abocarnos a dar mantenimiento a la infraestructura con la cual contamos, de mejorarla y ampliarla en la medida de que los habitantes del territorio nacional así lo necesitan. Problemas como el de la deficiencia del suministro de energía eléctrica, del agua potable o del transporte colectivo deben superar el rezago, hasta ahora, irrefutable. Durante los últimos catorce (14) años la población venezolana aumentó en un treinta por ciento (30%) aproximadamente, porcentaje que no ha sido alcanzado por el desarrollo que han debido tener los servicios públicos. Y, esto es una realidad supra política.
Tal vez por la tendencia ideológica de algún sector no se ha reconocido la relevancia de la “Red de Instituciones Larenses”, pero es ahora cuando la preeminencia que tiene la Red en la sociedad y, en la búsqueda de las soluciones que exigen las comunidades, es imprescindible, por su demostrada capacidad y probidad.
El talento probo integrado en nuestra organización abarca todos los ámbitos necesarios para maximizar la eficiencia y eficacia necesaria para masificar las bondades provenientes de los inmensos ingresos provenientes de la Benevolencia Divina traducida en recursos monetarios generados por la extracción del petróleo producido por la naturaleza. Se presume que el país enfrentará problemas críticos que exigen la activación de los más capaces; las decisiones a tomar tendrán resultados que dependerán de la sapiencia con la cual se enfrente el problema. La gran oportunidad está en el gran valor monetario que, actualmente, tienen los hidrocarburos. Si son administrados con austeridad y prudencia acompañadas por el conocimiento necesario de manera ineludible, el venezolano común, disfrutará de la bonanza económica que le ha sido negada.
Tenemos ganas de trabajar, tenemos los conocimientos necesarios, tenemos la probidad demostrada en la pulcritud de la actuación de todos y de cada uno de nuestros integrantes; Venezuela dispone de los recursos financieros necesarios. Tenemos todo lo imperioso para ser un país de primer orden; para que, definitivamente, se eleve, al máximo, la calidad de vida de la población.
Es ahora cuando se hace necesaria la existencia y el reconocimiento pleno de la “Red de Instituciones Larenses”. No podemos dejar a un lado nuestra responsabilidad ante el futuro de nuestra descendencia y nuestros coterráneos y los compatriotas que habitan más allá de las fronteras estadales podrán contar con el altruismo que nos caracteriza, en la defensa del amor por nuestro terruño. Detrás de nuestro III aniversario están instituciones con tradición centenaria que han marcado hitos históricos en la cotidianidad de la sociedad civil larense.
Como organización suprapolítica estamos prestos a colaborar en la solución de la problemática que afecte a la colectividad, en el conocimiento de que no hay responsabilidad sin autoridad, ni autoridad sin responsabilidad. Actuamos dentro de la potestad que nos confiere el Foro de Opinión que somos.
#Opinión: La Red de Instituciones Larenses… ¡en acción! Autor: Maximiliano Pérez
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