#Opinión: Alimentarse bien Autor: Cristina Colmenárez

Cuando no era madre, solía ser una persona que poco prestaba atención a la alimentación, no consideraba la calidad de los alimentos que consumía y cuando digo calidad no me refiero a costo sino al aporte nutritivo. Una vez que me entere de mi embarazo, empecé a considerar este aspecto tan fundamental para el desarrollo de un bebe, sentí la responsabilidad de ese ser humano que dependía de mí y entonces me animé a investigar qué significa alimentarse sanamente, por la buena salud de mi hijo y la mía propia. Como padres tenemos la hermosa responsabilidad de formar seres humanos de calidad, pero ¿cómo formarlos a ellos si nosotros no nos cuidamos? Cuando les decimos a los hijos que deben comer y en oportunidades se les obliga a consumir los alimentos, lo hacemos a fin de satisfacer nuestra moral de padres que nos preocupamos de que ellos se alimenten.
Sin embargo, me he dado cuenta que nosotros como adultos no valoramos nuestra alimentación, comemos lo que sea con tal de sentirnos llenos y para colmo trabajamos todo el día y descansamos poco, ¿a qué estado nos llevará este estilo de vida? ¡Fácil! A presentar patologías que antes no eran tan mencionadas en la población joven, tales como la hipertensión, los constantes dolores de cabeza, la obesidad, los problemas cardíacos, entre otros.
Ahora, reflexionemos acerca de cómo nos estamos alimentando, porque a esos hijos que Dios nos dio ¿cómo los formaremos si nosotros no tenemos buena salud y acortamos nuestra vida con enfermedades que son totalmente prevenibles? Nuestros hijos son nuestro mayor tesoro, y por este motivo quisiéramos vivir mil años para verlos crecer, casarse, tener sus hijos, entonces ocupémonos en mantener un estilo de vida saludable.
Iniciemos una dieta balanceada, empieza por eliminar las frituras y los refrescos, luego empieza a consumir más vegetales y frutas, una dieta no tiene que ser engorrosa, sólo que lo que consumimos sea más sano. Y por último, aunque la rutina diaria parezca absorber nuestro tiempo sin dejarnos espacio para más nada, tomemos al menos 15 minutos de caminata todos los días, no busquemos más excusas, un camino de mil kilómetros siempre empieza con el primer paso.