El presidente Nicolás Maduro en una reunión con los 20 gobernadores del chavismo aseguró que aceptaría el reconteo de votos de las elecciones presidenciales realizadas el pasado 14 de abril.
«Eso sí, le decimos que antes se hizo la auditoría de 54%, eso lo debería decir el Poder Electoral, tal vez en una cadena bien convocada a un buen horario», dijo.
Rechazó las declaraciones del vocero de Estados Unidos, John Kerry. «Dicen que no reconocen, no nos importa su reconocimiento, nosotros somos libres y no nos importa su opinión», dijo.
“Ellos creían que podían hacer una insurrección nacional civil y parar el país. No pudieron, los derrotamos, este pueblo los derrotó. Se ha impuesto la paz, la tranquilidad, el sosiego, el respeto, el acatamiento a la ley, a la Constitución, la unión del pueblo para repudiar, rechazar y aislar a los violentos”, dijo.
En tal sentido, insistió en que Henrique Capriles hizo un llamado a la violencia al pedir un cacerolazo en su alocución del lunes por la tarde.
“Después del llamado del nuevo Carmona, del irresponsable este a la violencia. Ahora dice yo no fui ¿Quién fue? ¿Quien hizo el llamado a salir con odio a la calle, con odio y arrechera? ¿Quien dijo esas palabras? ¿Quién lanzó el ataque? ¿Quién organizó el ataque? ¿Por qué no le ha dado el pésame al pueblo? ¿Y si yo me hubiese vuelto loco y llamo al pueblo a la calle? ¿Cuántos muertos estuviéramos recogiendo?”, se preguntó.
Maduro reconoció que hay “dos mitades” en el país, pero una de ellas, la chavista, es “mayoritaria”. “Reconocemos a la oposición, a usted que votó en contra, lo reconocemos, lo respetamos, y hemos llamado a nuestro pueblo a respetarlos”.
No obstante, recordó que “no hay pacto con la burguesía”, al recordar un supuesto deseo de Leopoldo López de construir un gobierno conjunto.