La Plaza Macario Yépez fue el punto de concentración. Olía a caucho y basura quemada, precedente de un reproche de calle; se escuchaba una orquesta de consignas; no era griterío, eran denuncias hechas canción.
Se veían ojos claros y oscuros, franelas recién planchadas y otras sacadas de una botella; se veían rostros lozanos y cientos quemados por el trabajo recio.
¿La sensación?, de indignación, descontento. También de fuerza, riesgo y energía inofensiva.
A las 9:00 de la mañana llegó el equipo reporteril de EL IMPULSO al sitio. Primero se visualizaron dos puntos de concentración, uno de ellos frente al rectorado de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado: personal administrativo y obrero, profesores, directiva y estudiantes formaron un grupo que encendió ánimos y ganó afinidad con choferes, quienes apretaron cornetas y se incorporaron a la denuncia. Veinte metros después, justo en la plaza Macario Yépez y sus inmediaciones, se encontraba el motor del reclamo: vecinos, por ejemplo, de Macuto y 23 de enero.
A las 10:00 de la mañana, la masa advertía fermentar. Dirigentes de la Mesa de la Unidad Democrática, esperaban fuera de la jefatura regional la hora conveniente para emprender rumbo y la multitud ya había entrado en calor. Tenían una petición: “Conteo voto a voto”.
El sol picaba, pero la mayoría se armó con gorras, signo de que el plan del día, por lo menos antes del mediodía, era atender el llamado de concentración. La convocatoria fue acatada por miles, circunstancia corroborada minutos después.
A las 10:30 de la mañana tomó la palabra el candidato a la Alcaldía de Iribarren, Alfredo Ramos: “El día de hoy se demuestra la indignación del pueblo de Lara frente a la maniobra y estafa que ha hecho el Gobierno nacional y el CNE para poner a un ilegítimo en la presidencia que no reconocemos”.
1-La instrucción: marchar en forma pacífica, sin caer en confrontaciones y provocaciones.
2-El desayuno del día: “Esta sin- vergüenza del CNE, que se quitó careta ayer (el lunes), le dio el día libre a todos los funcionarios del Consejo Nacional Electoral para que no pudiéramos llegar y entregar el documento y ha militarizado todos los alrededores, no sólo en Lara sino en el territorio nacional”.
3-La propuesta: sin embargo, dijo Ramos, vamos a continuar haciendo la presión pacífica de calle hasta que logremos definitivamente el conteo de votos en todo el país.
Cerca de 80 mil personas avanzaron por la ruta de paz
La gasolina de la marcha tricolor de este martes, que se desarrolló en el trascurso de la mañana y mediodía, fue el cacerolazo de 1 hora y 30 minutos del lunes en la noche.
A 20 minutos para las 11 de la mañana, dirigentes políticos se formaron en columna cerca del camión de sonido y arrancaron, pisando fuerte, la caminata.
La gente cantaba, se abrazaba, contaba su experiencia y motivos de protesta, aplaudía, y con fuerza de lucha hacía sonar sus ollas.
Atienda al testimonio de Coromoto Piñero (68), vive en Macuto: “No vine oliendo a flores, soy de barrio, vine en chancletas y con la única franela blanca que tengo, que por cierto se ve amarilla.
Me falta un diente en el tren delantero, como dicen los hijos míos, y estoy cansada hija mía del abuso. Le soy sincera, en mi casa no hay ollas, tengo una sola y es para hacer el arroz, por eso agarré tres piedras y las metí en una lata para hacer bulla, porque el Gobierno me dio una casa asignada para el oeste y cinco días antes de las elecciones unos militantes del PSUV o consejo comunal me dijeron que tenía que votar por Maduro, porque uno no puede morderle la mano a quien le da de comer. Hasta ahí llegué señorita. Todo lo que tengo en la vida es gracias a mi trabajo, nadie me vendrá a manipular”.
La meta
“Los indignados de Lara”, cumplieron ruta por la avenida Lara y cruzaron en la Bracamonte, dejaron huellas por el Sambil y llegaron hasta la Venezuela.
Justo en la vía, a la altura de la calle 8, un grupo de la Guardia Nacional indicó avanzar por canales centrales. ¿La actitud?, serena, hasta que el caos pretendió imponer desconcierto y no lo logró.
“Un grupo de infiltrados tiraron piedras a personas del oficialismo que se encontraban en la avenida. Y sabemos que son infiltrados porque estaban cerca de nosotros y actuaron sin razón”, declaró Jorge Carucí.
Estudiantes de inmediato se hicieron cargo de la situación y corrieron tras los alborotadores. Atraparon a unos y los entregaron a uniformados.
A partir de ahí la marcha recobró la calma. Llegaron a la Vargas y regresaron al punto de partida. A la 1:30 pm la multitud se dispersó a encontrarse con su propio destino. En la noche, sería el tiempo de las cacerolas.