#Opinión: Psicología, familia y leyes Autor: Déborath Vieira M.

La labor del psicólogo en el ámbito jurídico ha recibido diversas denominaciones a lo largo de los años, destacando: la psicología jurídica, del derecho, forense, judicial, criminológica, entre otras. Esta diversidad en su terminología posee diversas connotaciones, como una amplia gama de posibilidades de desarrollo; hoy en día el término más extendido es el de la “psicología jurídica”, aunque siguen utilizándose el resto de las denominaciones anteriormente mencionadas.
Es por ello que se podría definir la psicología jurídica como: «La aplicación de la ciencia y profesión de la psicología a las cuestiones y temas legales». El psicólogo como profesional de la materia desarrolla diversas funciones que inciden dentro del ejercicio de esta rama, entre ellas: Evaluación y diagnóstico, asesoramiento, intervención, formación y educación, campañas de prevención social ante la criminalidad y medios de comunicación, entre otros, así como funciones que ayudan a proporcionar soluciones negociables a los conflictos jurídicos, por medio de la intervención mediadora del psicólogo como ente social.
Así mismo dentro de los roles que puede desempeñar un psicólogo en diversos escenarios de realidades externas, se destaca: La psicología aplicada al derecho de la familia. Es imprescindible definir qué es el derecho a la familia, el cual establece: “Es el conjunto de normas que rigen la constitución, organización, disolución de la familia como grupo, en sus aspectos personales y de orden patrimonial”.
En este sentido se considera imprescindible la incorporación de los juzgados profesionales que ayuden a asesorar a los jueces en los procesos de separación y divorcio, además de inducir en cuáles serían las medidas a adoptar respecto a los hijos y otras situaciones tales como nulidad, matrimonio de menores.
Por ende, es vital la labor y participación tanto en el ámbito público como privado, del especialista (psicólogo) como evaluador de aquellos componentes que afectan a los hijos dada la separación de sus padres; además de poder diseñar programas que apunten a la positividad de diversas situaciones difíciles que los menores podrían afrontar. Se habla entonces de una participación interdisciplinar entre el juez (actuando como perito), el abogado que reclama sus servicios y del psicólogo como colaborador en la resolución del procedimiento familiar en todos los momentos del mismo.
Así pues, son las normas jurídicas las que dan sentido al derecho de un país vinculadas entre sí por una fundamentación unitaria denominada orden jurídico en cualquiera de sus ámbitos: Penal, civil, mercantil, laboral, administrativo; y al igual que la Psicología tiene como objeto de estudio al hombre, no solo desde su comportamiento sino desde las çorrelaciones a que están sometidas las sociedades humanas concebidas como entes jurídicos. La Psicología Jurídica, ofrece a la Ley la posibilidad de reinterpretar psicológicamente la norma jurídica, el sistema y orden jurídico; la influencia de ellos sobre el comportamiento individual y grupal; el alcance e influencia de la norma jurídica y su posibilidad de coexistencia con otras normas legales; dar ayuda y soluciones inmediatas y científicas a las exigencias jurídicas (testimoniales por ejemplo).
Podemos concluir este artículo con la prosa de Becquer, la cual establece: «Yo soy el invisible anillo que sujeta el mundo de la forma al mundo de la idea»; cita que nos ayuda a ver la similitud y nos permite afirmar que la psicología jurídica es el invisible anillo que sujeta el mundo psicológico al mundo de lo jurídico y viceversa.